En un balance sobre los primeros 100 días del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Iglesia católica destacó la confrontación que ha sostenido el presidente con quienes piensan diferente a él.
En el editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis de México destacó también que la violencia y la inseguridad son dos pendientes en la gestión del tabasqueño.
«En estos 100 días hemos visto mucha confrontación entre el Presidente y sectores que piensan distinto; hemos escuchado descalificaciones y se ha hecho más evidente y preocupante una polarización política y social que divide a actores que deberían trabajar juntos», planteó la Iglesia.
«En lugar de estimularse el diálogo, como debe ser en toda democracia, vemos que se acota», afirmó.
Bajo el título «100 días», el editorial recuerda que hace unos días el tabasqueño declaró que era necesario buscar la unidad y la reconciliación, lo que la Iglesia consideró necesario para cambiar al País.
Sin embargo, agregó que para que eso ocurra debe haber un diálogo auténtico y sincero.
«Como Iglesia, nos compete sumarnos al análisis de la realidad social, pues hay temas que continúan pendientes y son urgentes de atender, como los niveles crecientes de inseguridad y violencia», se lee en el editorial de este domingo.
«Especialmente contra las mujeres en algunas regiones, la corrupción, y la atención a los asuntos que inciden directamente en las familias mexicanas», aseveró.
Aunque la Iglesia reconoce el gran apoyo social que recibe López Obrador, le advierte que ese respaldo también significa una gran responsabilidad, pues sus detractores también son gobernados suyos y se ven afectados por sus decisiones.
Sobre el combate a la corrupción, la publicación plantea que, aunque es uno de los grandes pendientes, no se debe ir de detrimento de las políticas públicas que benefician a las familias mientras que ataca el huachicoleo o las fallas en áreas administrativas.
«El Papa nos ha dicho que ‘la corrupción no se combate con el silencio’, además de ser una tarea de todos, en la que no se vale la simulación y mucho menos la falta de diálogo y escucha.
«Esta lucha no es sólo del presidente, y es su deber escuchar a sus gobernados, y nosotros, como sociedad, debemos tener claro que nuestras acciones tienen consecuencias buenas o malas», indicó la Arquidiócesis.
Foto: Es Imagen / José Castañares