El horario de verano tiene efectos adversos en el sistema nervioso, lo que ocasiona somnolencia, irritabilidad, problemas de concentración y de memoria, así como trastornos digestivos, con disminución del apetito durante el día y aumento en la noche, asegura el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela. «Lo recomendable es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social. El reloj de Dios».