El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aseguró hoy, en una acalorada sesión de la Cámara de los Comunes, que si no hay un buen acuerdo en torno a la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), “no firmaremos”.
Presionado por la oposición conservadora para que se llegue a un acuerdo comercial con Estados Unidos, y eventualmente modernizar el TLCAN, el líder liberal respondió a los cuestionamientos con contundencia en el mismo sentido de la posición mostrada por Ottawa en Washington de buscar un acuerdo que funcione para canadienses, estadunidenses y mexicanos.
“Sé que los conservadores están preocupados y señalan que necesitamos firmar un acuerdo, incluso, si éste es un mal acuerdo, pero no haremos eso, no firmaremos un mal acuerdo para Canadá y los canadienses”, aseguró Trudeau, quien la víspera habló con el presidente estadunidense Donald Trump sobre las negociaciones que se retomaron este miércoles en la capital estadunidense.
Ahondó que el equipo negociador encabezado por la canciller Chrystia Freeland y por el negociador técnico, Steve Verheul, se asegurará que el acuerdo que se alcance sea bueno para los canadienses, «y si no hay un buen acuerdo sobre la mesa, no lo firmaremos”, agregó.
Ante la pregunta del Nuevo Partido Democrático (NDP) sobre si en verdad los negociadores canadienses no cederán en la demanda estadunidense de abrir el mercado de lácteos, Trudeau respondió que “no negociaremos el tratado en público”, aunque ratificó el apoyo de su gobierno a los productores de leche de esta país.
En la sesión parlamentaria previa, Trudeau sugirió que Ottawa espera un mayor movimiento por parte de los negociadores estadunidenses a fin de llegar a un punto de coincidencia comercial.
Sin embargo, hasta ahora Canadá no ha mostrado flexibilidad a las demandas de Estados Unidos, pues requiere que haya un mecanismo de resolución de controversias porque, como declaró Trudeau el pasado 15 de septiembre, “tenemos un presidente que no siempre sigue las reglas como están establecidas”.
Ottawa también quiere mantener en el TLCAN la cláusula de excepción cultural y se niega a aceptar la presión de Estados Unidos sobre la extensión de patentes.
La administración estadunidense ha impuesto a Ottawa una nueva fecha límite, el 30 de septiembre, para cumplir con sus tiempos políticos de renovación del Congreso, fecha que también permitiría a México que el acuerdo se firmara antes de la entrada del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre.
Sin embargo, así como Canadá ha seguido negociando pese a los “ultimátum” previos de Estados Unidos, el equipo negociador canadiense se mantiene en Washington aunque sin mostrar prisa por “firmar cualquier acuerdo”, al mismo tiempo el gobierno canadiense ha encendido motores en la diversificación comercial en Europa y Asia.