Aunque nunca en la historia de Estados Unidos ha sucedido, podría ocurrir que el presidente saliente se negara a dejar la presidencia y la Casa Blanca si pierde la elección.
Varios expertos han dicho que eso generaría una crisis constitucional.
De acuerdo con la vigésima enmienda constitucional, el presidente saliente debe entregar el cargo para el mediodía del 20 de enero siguiente a las elecciones.
Los mandatos del presidente y del vicepresidente finalizarán al mediodía del día 20 de enero, y entonces empezarán los mandatos de sus sucesores”, señala.
El Servicio Secreto, encargado de la seguridad presidencial, redobló esta semana operativos para proteger al exvicepresidente Joe Biden conforme avanzaron los conteos de boletas de la elección.
Si el presidente Trump pierde y se queda, el mismo Servicio Secreto lo sacaría de la Casa Blanca físicamente, al cumplirse el plazo.
La única opción que tendría Trump para prolongar el mandato sería que alguna de las múltiples demandas que advirtió que interpondrá fuera exitosa.
Sin embargo, para que tuviera éxito, necesitaría presentar pruebas y evidencias del fraude que acusa.
Ahora ya algunos republicanos comenzaron a expresar su desacuerdo con la intención del presidente de permanecer en el poder, como el presidente del Senado, Mitch McConnell, quien publicó en Twitter que “el ganador de las elecciones del 3 de noviembre será investido el 20 de enero. Habrá una transición ordenada tal como la ha habido cada cuatro años desde 1792”.
Otros sin embargo, como el senador Lindsey Graham, respaldan las acusaciones de Trump.
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