Los principales gremios de sindicalistas se sumaron este miércoles a las protestas en contra de las reformas económicas impulsadas por el Gobierno del presidente Lenín Moreno en Ecuador, mientras las autoridades buscan acercamientos con algunas de las partes, tras una semana de marchas y bloqueos.
Los trabajadores marcharon en Quito, en una jornada en la cual grupos de encapuchados atacaron a efectivos policiales que permanecían tras mallas metálicas.
Por su parte, indígenas caminaron pacíficamente por el centro histórico capitalino.
La situación es parte de las tensiones que enfrenta el Gobierno de Moreno desde que adoptó varias medidas con las que busca enfrentar las dificultades económicas del país, como la suspensión de los subsidios a los combustibles.
Las manifestaciones han causado que la empresa estatal Petroecuador reduzca casi un tercio de su producción de petróleo, de 560 mil barriles diarios, debido a la toma de instalaciones petrolíferas por parte de manifestantes.
La demanda de combustibles en el sector automotriz ha bajado un 30 por ciento, generando pérdidas diarias por 3.4 millones de dólares, informó el Ministerio de Energía.
Moreno anunció en su cuenta de Twitter que ya dialogaban y que estaban avanzando, aunque no dio detalles.
Añadió que recibió el reporte de que las marchas indígenas se desarrollaban con normalidad.
El secretario general de la presidencia, José Briones, dijo que iniciaron un diálogo con los indígenas, y entre los temas a discutir están el desarrollo de sistemas de riego, entrega de tierras, financiamiento y seguro agrícola, refinanciación de deudas, condonación de multas, maquinaria, apoyo técnico y centros de acopio para cultivos.
El Gobierno fue alentado por las Naciones Unidas y universidades para dialogar con los diversos grupos que por casi una semana mantienen al país en una virtual paralización debido a los bloqueos en calles y carreteras.
El vicepresidente, Otto Sonnenholzner, informó que en las protestas arrestaron a extranjeros, que habrían dicho que recibieron entre 40 y 50 dólares por asistir a la manifestación.
Las autoridades han confirmado que durante las protestas de los últimos días se han registrado al menos 700 detenidos.
En tanto, la Cruz Roja anunció la suspensión de la atención durante las protestas debido a la falta de garantías y la continua agresión a socorristas y ambulancias y advirtió que además registra el insuficiente abastecimiento de sangre.
Entre las medidas que tomó el Gobierno la semana pasada y que han causado enojo están reformas laborales como la racionalización de los costos de despidos, permitir la contratación por horas o tiempo parcial y establecer salarios mínimos para jóvenes y jornaleros agrícolas, entre otros, las que han sido rechazadas por los sindicalistas.
Mesías Tatamuez, presidente del Frente Unitario de Trabajadores, que convocó a la huelga del miércoles, calificó las medidas del Presidente como reformas regresivas e ilegales.
«El Gobierno premia a los empresarios, a la banca, un paquete donde alza los pasajes y el pueblo está indignado y por ello las huelgas y los paros. Recién ahora buscan dialogar», dijo Tatamuez.
También eliminó un subsidio a los combustibles por mill 300 millones de dólares para equilibrar las finanzas públicas, con lo cual el precio de la gasolina pasó de 1.85 dólares el galón a 2.39.
Pese a las protestas, Moreno dijo ayer que no piensa renunciar a su cargo, que inició un diálogo con el sector indígena, y que no dará marcha atrás.
El Mandatario, que estaba en Guayaquil tras haber trasladado su Gobierno a esa ciudad debido a las tensiones, llegó al mediodía a Quito para supervisar el orden y restablecer la normalidad.
En Quito, Guayaquil, Cuenca y otras ciudades se presentaron marchas de trabajadores e indígenas que con gritos y pancartas rechazan las medidas, aunque también hubo enfrentamientos con uniformados.
Los problemas comenzaron hace una semana, tras el anuncio de las reformas por parte del Gobierno.
Inicialmente los transportistas dejaron sin servicio a las ciudades y sin recorridos interprovinciales, luego tomaron la posta estudiantes con protestas callejeras y finalmente se sumaron los indígenas, que bloquearon carreteras y por miles llegaron a la capital, en medio de episodios de saqueos, de violencia y de enfrentamientos con la Policía.
El mayor opositor de Moreno, su ex amigo y mentor, el ex Presidente Rafael Correa, pidió adelantar elecciones e incluso se mostró dispuesto a participar en ellas.
No está claro si podrá hacerlo ante la serie de juicios, principalmente por acusaciones de corrupción, que enfrenta por parte de la fiscalía.
Para hacer frente a los problemas, Moreno decretó la semana pasada un estado de excepción nacional, que restringe derechos ciudadanos.
Debido a la situación del país, están suspendidas las actividades en escuelas, colegios y universidades.