Si “el 84% de las plantas que consumimos como alimento dependen de la polinización por abejas y de las plantas silvestres más del 95%”, entonces los temas de lo destructivo que puede ser la informalidad de la comercialización de miel, la meliponicultura y la necesidad de conservación de la flora para alimentar a las abejas, se tornan cada vez más preocupantes para la humanidad conforme pasa el tiempo, señaló Carlos Hernán Vergara Briceño, profesor del Departamento de Ciencias Químico-Biológicas de la UDLAP.
Es ampliamente conocido que las abejas constituyen el principal grupo de polinizadores de plantas silvestres y cultivadas de todo el planeta, siendo indispensables para la producción de dos tercios de la dieta humana y para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres; sin embargo, hoy atraviesan situaciones delicadas que las amenazan a un máximo grado. Uno de esos peligros es la propia meliponicultura, una actividad de crianza de especies sin aguijón que ha crecido en los últimos 15 años, la cual conlleva a una mayor producción de miel en colmenas que deriva en problemas de comercialización, porque no hay vías formales para ello, tampoco un control de calidad, del aseguramiento de la cantidad especificada en los contenedores, ni mucho menos conservación o presentación.
“Hay muchos productores que envasan la miel que producen en botellas de refresco recicladas”, aseguró Vergara Briceño, catedrático de la Universidad de las Américas Puebla, que ha dedicado gran parte de su carrera profesional a la investigación y divulgación entorno a esta comunidad de insectos. Él también refirió que en México no hay una legislación respecto a la conservación de las abejas, por ello los melinopolicultores tradicionalmente extraen nidos de su hábitat para pasarlos a una caja, en una forma muy destructiva de la actividad.
Un tercer punto a considerar es la conservación de la flora de la que se alimentan las abejas, porque sin comida las abejas se mueren por obvias razones. Otro problema serio es la creación de manera industrial de abejorros para ser llevados principalmente a invernaderos, pero su manejo no es perfecto, de forma que pueden salir y contaminar a los abejorros que viven naturalmente y el “tener tantos animales en un área pequeña aumenta la ocurrencia de enfermedades de las abejas”, comentó Carlos Vergara.
Queda claro que el mundo depende de las abejas y por tal motivo, un grupo de investigadores especialistas planean realizar un congreso en la Universidad de las Américas Puebla para tratar tópicos y problemáticas alrededor de este grupo de insectos, en donde se darán sesiones plenarias, conferencias magistrales, presentación de carteles, exposición de fotografías y cursos con participación de productores. “Vendrán taxónomos, ecólogos, personas que trabajan con aplicaciones, investigadores sociales y muchos jóvenes preocupados porque el planeta se está acabando”, aseguró el catedrático de la UDLAP.
Dicho evento llevará por nombre XI Congreso Mesoamericano sobre Abejas Nativas y se espera tener contacto directo entre investigadores con productores en un intercambio de conocimientos en la UDLAP. Como reconocimiento a la labor de investigación y conservación que se ha desarrollado en la institución durante más de 20 años; además de su excelencia académica en cada uno de sus programas.