Un nuevo terremoto de magnitud 6,4 causó el lunes la muerte de tres personas y heridas a más de 200 en zonas de Turquía que fueron arrasadas hace dos semanas por un gran sismo que mató a decenas de miles de personas. Funcionarios señalaron que debido al movimiento más edificios se derrumbaron, dejando atrapados a sus ocupantes, y que varias personas resultaron heridas tanto en Turquía como en Siria.
El terremoto del lunes tuvo su epicentro en la ciudad de Defne, en la provincia turca de Hatay, una de las regiones más afectadas por el sismo de magnitud 7,8 que sacudió el país el 6 de febrero. El temblor del lunes se sintió en Siria, Jordania, Chipre, Israel y hasta en Egipto, y le siguió un segundo temblor de magnitud 5,8.
El ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, dijo que tres personas habían muerto y 213 habían resultado heridas. Se estaban realizando labores de búsqueda y rescate en tres edificios derrumbados, donde se creía que había un total de cinco personas atrapadas.
El alcalde de Hatay, Lutfu Savas, informó que varios edificios se habían derrumbado con el nuevo sismo, atrapando a personas en su interior. Declaró a la televisión NTV que podría tratarse de personas que habían regresado a sus casas o que intentaban sacar sus pertenencias de los edificios dañados.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, señaló que al menos ocho personas habían sido hospitalizadas en Turquía. La agencia de noticias estatal siria, SANA, informó que seis personas resultaron heridas en Alepo por la caída de escombros.
En Hatay, los equipos de búsqueda de la policía rescataron a una persona que estaba atrapada en el interior de un edificio de tres plantas e intentaban llegar a otras tres que se encontraban dentro, informó la televisora HaberTurk.
El sismo del 6 de febrero causó la muerte de casi 45.000 personas en ambos países, la gran mayoría de ellas en Turquía, donde más de 1,5 millones de personas se encuentran en refugios provisionales. Las autoridades turcas han registrado más de 6.000 réplicas desde entonces.
Los periodistas de HaberTurk que informaron desde Hatay dijeron que el temblor del lunes les sacudió violentamente y que se sujetaron unos a otros para evitar caerse.
En la ciudad turca de Adana, Alejandro Malaver, un testigo presencial, comentó que la gente salió de sus casas a la calle y cargó mantas a sus coches. Malaver dijo que todo el mundo está muy asustado y que “nadie quiere volver a su casa”.
La Defensa Civil Siria, un grupo de la oposición siria también conocido como Cascos Blancos, informó que varias personas resultaron heridas en el noroeste de Siria tras saltar de edificios o al ser golpeadas por la caída de escombros en la localidad de Jinderis, una de las más afectadas por el terremoto del 6 de febrero.
Los Cascos Blancos dijeron que varios edificios dañados y abandonados se derrumbaron en el noroeste de Siria sin causar heridos.
En la ciudad siria de Idlib, los asustados residentes se preparaban para dormir en parques y otros lugares públicos.
La Sociedad Médica Siria Estadounidense, que gestiona hospitales en el norte de Siria, dijo que había atendido a varios pacientes —entre ellos un niño de 7 años— que sufrieron ataques cardiacos provocados por el miedo tras el nuevo sismo.
El vicepresidente Oktay dijo que se estaban realizando inspecciones de daños en Hatay, e instó a los ciudadanos a mantenerse alejados de los edificios dañados y a seguir las indicaciones de los equipos de rescate.
El presidente Recep Tayyip Erdogan visitó Hatay a primera hora del lunes, y afirmó que su gobierno comenzaría a construir cerca de 200.000 nuevas viviendas en la región a partir del próximo mes.
Erdogan indicó que los nuevos edificios no tendrán más de tres o cuatro pisos, se construirán en terrenos más firmes y con normas más estrictas, y en consulta con “profesores de geofísica, geotecnia, geología y sismología”, entre otros expertos.
El mandatario turco precisó que los monumentos culturales destruidos se reconstruirían de acuerdo con su “textura histórica y cultural”.
Erdogan dijo que alrededor de 1,6 millones de personas están actualmente alojadas en refugios temporales.
La agencia turca de gestión de catástrofes AFAD elevó el lunes a 41.156 el número de víctimas mortales confirmadas por el terremoto del 6 de febrero en Turquía. Con ello, el número total de víctimas tanto en Turquía como en Siria asciende a 44.844.
Las operaciones de búsqueda y rescate de supervivientes se han suspendido en la mayor parte de la zona afectada por el sismo, pero el jefe de AFAD, Yunus Sezer, dijo que los equipos de búsqueda continuaban sus tareas en más de una docena de edificios derrumbados, la mayoría en la provincia de Hatay.
No había indicios de que hubiera nadie vivo bajo los escombros desde que el sábado tres miembros de una familia —una madre, un padre y un niño de 12 años— fueron extraídos de un edificio derrumbado en Hatay. El niño murió más tarde.
Según las autoridades, más de 110.000 edificios de las 11 provincias turcas afectadas por el sismo han quedado destruidos o tan gravemente dañados que es necesario derribarlos.