La cifra de muertos por los ataques explosivos en Sri Lanka aumentó a 290 la mañana de este lunes, mientras que los heridos suman más de 500, en lo que ya es calificado como el peor acto de violencia en este país asiático desde el fin de la devastadora guerra civil, hace una década.
La policía de Sri Lanka informó este lunes que han realizado 24 arrestos relacionados con los ataques terroristas, todos ellos ciudadanos locales, aunque por el momento ningún grupo se ha atribuido las explosiones, que afectaron tanto a iglesias católicas como a hoteles de lujo en la capital, Colombo, y otras localidades. Asimismo, se explicó que al menos dos de los ocho ataques fueron obra de suicidas.
En tanto, tres policías murieron cuando otro suicida hizo estallar explosivos durante el allanamiento a una casa en busca de sospechosos, apuntaron las mismas fuentes.
Este lunes, la policía también informó sobre el hallazgo de una bomba artesanal en el aeropuerto de Colombo, aunque el dispositivo fue desactivado por expertos de la Fuerza Aérea.
Las autoridades explicaron que la cifra de fallecidos aumentó debido a la gravedad de muchos de los heridos, así como por el hallazgo de nuevos cuerpos entre los escombros.
El gobierno impuso toque de queda, pero éste fue levantado en la mañana de este lunes. La bolsa de comercio, las universidades y colegios permanecerán cerrados. Se informó, asimismo, que los extranjeros fallecidos son 35, mientras que 19 permanecen hospitalizados, destacó la Deutsche Welle .
Los ataques de este domingo se registraron en tres iglesias en las ciudades de Batticaloa, Negombo y Colombo, la capital de Sri Lanka, así como los hoteles capitalinos El Shangri-La, Kingsbury y Cinnamon Grand.
Hasta 2009, Sri Lanka vivió 26 años de guerra civil entre las fuerzas gubernamentales y separatistas tamiles del norte de la isla, que terminó con la derrota de los rebeldes, y desde entonces los episodos de violencia fueron esporádicos hasta este domingo.