La oficina de Prácticas Profesionales de la Ibero Puebla lleva al alumnado a experiencias internacionales únicas para nutrir su aprendizaje académico y vivencial.
Fernanda, Oscar y Amairani. Tres estudiantes de la Ibero Puebla llegaron hasta la Reserva de la Biosfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha en Perú para vivir una experiencia que, en sus palabras, cambió sus vidas a nivel personal y profesional. En el lugar, encontraron aprendizajes, compañerismo y herramientas para reconstruir el tejido social.
“A mí me gustaría aportar un granito para ayudar a esta sociedad y enfrentar las problemáticas que hoy se ven”, dijo María Fernanda Flores Cortés, estudiante de octavo semestre de la Licenciatura de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable, quien, gracias a su interés por la naturaleza y su conservación, pudo encontrar en esta experiencia de prácticas internacionales nuevas formas de impulsar su pasión.
Fernanda también encontró colegas con los cuales compartir esa afición: Oscar y Amairani. Oscar Eduardo Morales Concepción, quien también es estudiante de séptimo semestre de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable, también tuvo la oportunidad de viajar a la Reserva de la Biosfera para colaborar con el análisis de biodiversidad de la zona.
Para él, esta experiencia potenció sus capacidades como profesionista y como persona, y a pesar de haber sido parte de la generación de niños pandemia —como él se refiere a sus congéneres— considera que tiene “las habilidades necesarias para ese tipo de retos”.
“Siento que si bien es una condición que nos limitó hasta cierto punto con nuestros conocimientos y nuestro desarrollo dentro de la Universidad, realmente no fue algo que nos limitó en el desarrollo de todas las actividades que estuvimos realizando. Al contrario, fue muy emocionante conocer todo el proceso”, explicó.
Amairani Morales Chilchoa, estudiante de séptimo semestres de la Licenciatura de Administración Turística y de la Hospitalidad, redondeó al trío de viajeros. Ella fue la única seleccionada de entre cinco contendientes de su área, y este logro fue significativo para empezar a confiar en ella misma y sus capacidades.
“Tenía un poco de miedo, pero conforme fue avanzando, se me fue dando. Gracias al profesor, a mis compañeros que me fueron apoyando, y con la información que me iban brindando en la finca fue más fácil. Todo el proceso fue bastante padre y diferente. Me ayudó mucho a desarrollarme”. El viaje incluso llevó a Amairani a replantearse su rumbo como profesionista.
Estos tres estudiantes encontraron nuevas formas de incidir en el cuidado de la casa común a través de sistemas innovadores a los que tuvieron acercamiento en la Reserva, además del acercamiento a las comunidades del lugar, de las que aprendieron la importancia de la biodiversidad y su análisis para desarrollar proyectos sustentables que les beneficien.
“Son experiencias que te llenan de aprendizaje, y no solamente el aprendizaje que vemos en aula. Yo lo que aprendí en la comunidad fueron lecciones de vida. En Oxapampa vi que es posible el cambio”, dijo Fernanda, a la par que invita a su Comunidad Universitaria a tomar estas experiencias, que les ayudan a crecer y ser mejores los para el mundo.