El buen paso del Puebla de Nicolás Larcamón deja un grato sabor de boca a la afición; incluso, aquellos ajenos a la Angelópolis. No obstante, nuestra clase política, ávida de los reflectores, aprovecha este escenario para poster fotos de su “amor incondicional” a La Franja.
Suben fotos con la playera, en el estadio; sin embargo, no son capaces de recordar los nombres de los llamados LarcaBoys.
En fin, es temporada de villamelones.