El cubrebocas aunado a la distancia física y al lavado de manos, constituyen los más eficientes métodos de barrera contra las infecciones respiratorias de naturaleza viral y/o bacteriana.
Todavía no es momento de bajar la guardia y de dejar atrás el cubrebocas, aún la humanidad mantiene “una guerra contra el virus”, la vacunación, la aplicación de las vacunas, la sana distancia y mantener las manos desinfectadas, son las herramientas que tenemos para evitar contagiarnos del SARS-CoV-2, enfatizó Rocío Baños Lara, investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.
Dijo que las personas deben seguir con estos protocolos de salud y reforzar estos cuidados en este periodo de vacaciones que se avecina, la sociedad y las medidas de protección no se pueden “relajar”, se deben maximizar y reducir las probabilidades de contagiarse del SARS-CoV-2.
Para conocer más al respecto, Baños Lara nos comparte una serie de reflexiones y recomendaciones para seguir protegiéndonos de este virus que vino a modificar la manera de convivir de las personas en la casa y en la sociedad.
El uso del cubrebocas como barrera física para reducir la posibilidad de infección con el SARS-CoV-2, fue una situación controversial desde el principio de la pandemia. Hoy se sabe que los cubrebocas pueden proteger de la infección con SARS-CoV-2, incluso en casos de contacto cercano con portadores de virus hasta por tres horas de exposición, por lo tanto su uso es altamente recomendable; el cubrebocas aunado a la distancia física y al lavado de manos, constituyen los más eficientes métodos de barrera contra las infecciones respiratorias de naturaleza viral y/o bacteriana.
Sin duda la vacuna ha sido la principal medida para reducir la mortalidad por covid-19 tanto global como nacionalmente, reduciéndose de 10% en 2020 al 1 % en 2022. Algunas investigaciones apuntan a que la vacunación reduce la transmisión del SARS-CoV-2, además de reducir el riesgo de enfermedad grave, hospitalización y muerte. Aun esto se convierta en un hecho científicamente demostrado más adelante, solo el 64% de la población mundial tiene al menos una dosis de vacuna, mientras que sólo el 14.4% de los habitantes de países de bajos ingresos tienen al menos una dosis; es decir como humanidad no estamos protegidos a nivel inmunológico, por tanto la recomendación es seguir usando cubrebocas para evitar la transmisión del virus.
Con todo el territorio mexicano en semáforo epidemiológico verde, algunos estados como Nuevo León, han levantado la restricción del uso de cubrebocas en los espacios abiertos. Ante este escenario surge la pregunta ¿esta práctica es segura?
La respuesta está en función de quién se lo cuestione; la decisión individual de no usar cubre bocas puede significar un riesgo para esa persona, pero también para las que están alrededor. El riesgo de contagio de covid-19 al no usar cubrebocas, se podría sumar a otros, resultando en desenlaces lamentables.
Las siguientes preguntas pueden ayudar a decidir usar o no el cubrebocas en espacios abiertos, si la restricción en nuestro país se levantara.
¿Cuento con al menos una dosis de vacuna colocada en los seis meses anteriores?
¿Puedo mantener distancia física con personas a mi alrededor?
¿Soy menor de 60 años?
¿Estoy libre de comorbilidades (obesidad, hipertensión, diabetes, inmunosupresión, etc.?
¿Convivo con personas, vacunadas o no, que están en alto riesgo de morir si llegaran a padecer covid-19?
A mayor número de respuestas afirmativas a las primeras cuatro preguntas, el riesgo de enfermedad severa, hospitalización y muerte va siendo menor, por lo tanto, quizás podría considerarse en estas circunstancias dejar de usar el cubrebocas. Si la respuesta a la pregunta cinco es afirmativa, la sugerencia es seguir usando cubrebocas para minimizar la posibilidad de contagio a las personas vulnerables.
Es importante recordar que la pandemia continúa y que no es momento aún de bajar la guardia, no dejemos de usar el cubrebocas, pero más importante aún, acudamos a la aplicación del refuerzo de la vacuna, cuando seamos llamados.