La oscuridad se mezcló con la curiosidad innata de las personas que acudieron la noche del sábado 17 de noviembre a su encuentro con las estrellas y la ciencia en Ciudad Universitaria. Los pasillos y una decena de laboratorios de la BUAP se llenaron, no solo de estudiantes, sino de familias completas que asistieron a contemplar las formas concéntricas de la Luna, expuesta en una noche en la que el cielo lució despejado y abierto para el conocimiento.
La fiesta astronómica conocida como La Noche de las Estrellas fue un espectáculo gracias a 150 telescopios instalados estratégicamente, lejos de la luminiscencia, que hicieron visibles la forma y color de Marte, los destellos de Venus, y que permitieron que la constelación de la Lira, la de Andrómeda, el cúmulo abierto de las Pléyades, la constelación de Orión y Sirio en el Can Mayor, fueran parte de una exitosa y esperada jornada de observación.
Pero la curiosidad dio para más y los laboratorios de la BUAP también lucieron como espacios donde la interacción entre los científicos y la sociedad se amalgamaron en preguntas y respuestas sobre cosas que son parte de la vida, pero que a veces no se conocen.
¿Existen parásitos hembras y machos? ¿Por qué son tan largos? ¿En qué afectan a mi salud? Fueron algunas de las preguntas que se escucharon en el laboratorio de observación microscópica, mientras estudiantes y profesores resolvían dudas, acercando a la gente a la ciencia.
En el taller de óptica los visitantes conocieron cómo se hacen los telescopios, sus características, y las lentes que minutos antes les permitieron conocer a los astros de “cerca”.
La fuente de los muñecos representados con robots creados por alumnos de Computación también fue una atracción para los visitantes, quienes se deleitaron con su historia.
Las galaxias parecen neuronas porque eran resultado de los pensamientos de un ser superior que las creo. Así transcurrió la noche, entre explicaciones sobre la cosmovisión de los pueblos antiguos, un punto de referencia para los asistentes. Las charlas permitieron a quienes atentos escuchaban, cómo la interpretación del cosmos se mezcla con la religión y cómo otras culturas construyeron su vida.
En otras zonas de CU, los asistentes se divertían y asombraban al observar cómo por medio de fórmulas matemáticas podían conocer su edad y también con experimentos sobre conceptos químicos que explicaban las cualidades de la materia.
Talleres de física, biología, geometría, electrónica y robótica complementaron las actividades, mientras otros prefirieron escuchar las conferencias sobre el pensamiento cosmogónico prehispánico, el micro y macrocosmos, astrofotografía, o las constelaciones del zodiaco, entre otras.
Con apoyo de un telescopio, la Luna en cuarto creciente se proyectaba sobre uno de los muros de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, mientras los niños señalaban asombrados sus oquedades; todos querían una foto con la imagen estrella de la noche. Todos disfrutaron cuando la BUAP bajó las estrellas.
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