El presidente estadounidense Donald Trump señaló esta tarde que podría intentar de nuevo poner fin al programa que ha protegido a los inmigrantes que están en Estados Unidos ilegalmente pero que entraron cuando eran niños, conocidos como “Dreamers“, tras una derrota en la Corte Suprema del país.
Trump escribió en Twitter, refiriéndose a la política de Acción Diferida para los Llegados en La Infancia (DACA): “La Corte Suprema nos pidió que nos volviéramos a presentar por el DACA, nada se perdió o ganó (…) En breve presentaremos documentos mejorados para cumplir adecuadamente con el fallo de la Corte Suprema y la petición de ayer (jueves)”.
Cuando se le pidió que aclarara los comentarios, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo que “estamos mirando los documentos actualmente” y añadió que la administración avanzaría de una manera “responsable” y “compasiva”.
El fallo de la corte 5-4 encontró que el gobierno se había equivocado en la forma en que decidió terminar el programa en 2017. DACA fue puesto en marcha por la anterior administración del presidente Barack Obama y actualmente hay unos 649,000 inmigrantes inscritos.
La opinión mayoritaria de la Corte Suprema, en la que su presidente John Roberts se puso del lado de los cuatro jueces más liberales, dejó la puerta abierta para que Trump intente nuevamente cerrar el programa, dictaminando únicamente que el gobierno no había cumplido con los requisitos de procedimiento y que sus acciones eran “arbitrarias y caprichosas”.
Ken Cuccinelli, el subsecretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, dijo este tarde a Fox News que el departamento “se movería lo más rápido posible” para presentar a Trump varias opciones ejecutivas que podría tomar.
En otro tuit, Trump dijo que quería “ocuparse de los receptores de la DACA“, y culpó a los demócratas por no negociar una solución permanente al estatus temporal de los jóvenes inmigrantes.
Las conversaciones sobre la inmigración, incluyendo un posible camino a la ciudadanía para los “Dreamers”, se desmoronaron en 2018 después de que Trump provocó indignación con el presunto uso de un lenguaje vulgar para describir los países africanos en una reunión con legisladores.