La Universidad de las Américas Puebla recibió en sus instalaciones al prolífico historiador mexicano Enrique Florescano, quien brindó a los estudiantes de la UDLAP la ponencia titulada “Mitos mexicanos y el mito del dios del maíz”, evento organizado por Departamento de Letras, Humanidades e Historia del Arte, como parte de una iniciativa de fomento a la lectura que forma parte del programa Dialogar con los que escriben.
“Como parte de esta iniciativa, cada semestre elegimos un autor relevante de diferentes campos para que venga a platicar con nuestros estudiantes y así brindarles la oportunidad de conocer a la persona que está detrás del libro”, explicó Sergio Reyes Angona, académico de la UDLAP, quien fue el encargado de dar la bienvenida a este magno evento.
Para iniciar su ponencia, Enrique Florescano se dijo asombrado de ver en la sala una gran cantidad de mujeres. “Los tiempos han cambiado y el ver a muchas mujeres aquí reunidas es uno de los grandes cambios que ha tenido México en su historia, pues podemos ver que cada vez más en el área de humanidades, las mujeres están jugando un papel importante en la educación y en la difusión de la ciencia, la cultura y las humanidades”, afirmó el también autor de numerosos artículos sobre una diversidad de temas en la historia mexicana.
En su ponencia, “Mitos mexicanos y el mito del dios del maíz”, Florescano destacó que en la actualidad los mitos siguen vivos, siguen actuando en la mentalidad y en la interpretación del pasado, del presente y de los personajes que los componen. “Hoy en este diálogo me voy a referir al mito del Dios del Maíz, un mito singular y posiblemente el más antiguo y poderoso; mito que nació hace más de 5 mil años cuando se inició el cultivo del maíz y que aún se sigue contando hoy en diversas partes de México y Centroamérica”, expresó.
Dijo que el mito del Dios del Maíz contiene una moraleja y un modelo de conducta ética. “La moraleja dice que los campesinos con gran esfuerzo inventiva, crearon la planta del maíz que alimentó a los primeros seres humanos y dio principio a la civilización. Otra enseñanza de este relato es que quien es tenaz y dispone de ingenio y sabiduría puede superar los mayores obstáculos y vencer a los seres gobernador por la vanidad y el poder destructor”, apuntó el historiador mexicano quien concluyó su ponencia diciendo: “el mito del Dios del Maíz resumió las virtudes del pueblo campesino. El cultivo de la planta era la que unía a los diversos pobladores en una empresa de supervivencia colectiva e implicaba nociones de trabajo, disciplina, planeación y colaboración comunitaria. También impulsó la división del trabajo en la célula familiar, los hombres participaban en las labores de siembra y cultivo de la planta, mientras que las mujeres tenían a su cargo recolectar el maíz, molerlo, cocerlo y convertirlo en alimento”, finalizó.