Marco Fabián levantó la mano para ir al Mundial en el triunfo de México 3-0 sobre Islandia.
En el Estadio Levi’s fueron más las dudas que generó el esquema futbolístico del Tricolor que los jugadores, quienes gracias a su calidad individual rescataron un partido trabado y de poco futbol.
Fabián anotó el primero al 37′, un golazo tras superar a la barrera en la ejecución de un tiro libre indirecto, una jugada bien trabajada en la que Miguel Layún le tocó la pelota a Raúl Jiménez y éste le pego suave para el disparo del jugador del Frankfurt.
En la víspera, Osorio había dicho que Fabián y Rodolfo Pizarro disputaban uno de los puestos mundialistas ya que el primero le daba disparo de media distancia y el segundo mayor conducción.
El segundo gol del Tricolor cayó al 64′ gracias a la explosividad de Hirving Lozano, quien entró en el segundo tiempo y cuya velocidad le permitió abrir la pelota a la derecha, a la llegada de Miguel Layún, quien venció al portero Runar Runnarson con un disparo raso y pegado al poste derecho.
En los últimos minutos, Layún mandó un servicio al área que el portero midió mal permitiendo al Tri llevarse un 3-0 a favor.
Islandia había sido mejor en el primer tiempo y de no ser por Jesús Corona pudo adelantarse en el marcador. Chuy tapó un disparo de Johan Gudmunsson en el mano a mano y otro de Birkir Bjarnasson de media distancia.
Osorio planteó el partido con tres centrales, un mediocentro, dos volantes interiores y dos jugadores abiertos, así como un mediapunta y un delantero que jugó como poste, primero Raúl Jiménez y luego Oribe Peralta.
Fue un juego ríspido, a los Vikingo, y el mayor mérito del Tri fue sobreponerse a los golpes, a las patadas, no arrugarse ante el intercambio de fricciones como la que tuvieron Bjarnasson y Layún al 83′.
El partido se prestó para darle minutos a Omar Govea, Jesús Molina y a Pizarro, quienes aún sueñan con estar en la lista mundialista.
Osorio sigue respondiendo con resultados, más allá del funcionamiento. El martes, México enfrenta a Croacia en Arlington