El contar con un estilo de vida saludable, permitirá a las personas llevar una vida a plenitud en todos los aspectos, con un ejercicio balanceado, hidratación adecuada y obviamente con un sueño reparador que mínimo debe ser de seis horas.
El no dormir bien es un trastorno que se está viviendo actualmente en la población mexicana, ya que la pandemia de salud afectó mucho a las personas en esta calidad de vida en los diferentes grupos de edad. La mayoría está durmiendo menos de 6 horas en promedio.
A nivel mundial el 50% de la población presenta una afección en el trastorno de la calidad del sueño y esto se debe a que las personas pasan mucho tiempo frente a las pantallas de los móviles, tabletas o computadoras y otros factores que se van sumando, expresó Montserrat Pliego Azcué, médico de la Clínica Médica de Urgencias de la UPAEP.
Señaló, para que las personas tengan un sueño reparador, mínimo deben dormir seis horas al día y esto va a permitir que la gente tenga energía, se encuentre activa en todas sus esferas, física, social, psicológica, espiritual y emocional y está ocurriendo todo lo contrario, están durmiendo entre 4 y 5 horas de manera diaria.
“Con seis horas de sueño de calidad, ayuda a las personas a mantenerse activas y con energía que les va alcanzar para todo el día”, comentó la médica.
Dijo que el no dormir bien ha venido creciendo de manera significativa desde que se presentó la pandemia en el 2020 y la forma en que se estuvieron sincronizando las actividades de las personas durante este periodo y que incluyó a todos los grupos de edad, que fue del trabajo a distancia a través de la virtualidad, hasta el trabajo híbrido y presencial con horarios acotados.
Agregó, qué pasa cuando la gente no duerme bien, no descansa y tiene ese sueño reparador, la persona se siente cansada, desubicada, siente un poco de frustración y en la parte emocional se ve afectada porque no aprende a racionalizar los problemas, es decir, “se le presenta un problema a la persona y siente que se le cae el mundo encima”, además de que en el campo emotivo, la persona puede estar ansiosa, angustiada y en algunos casos, se pueden presentar casos de depresión.
Montserrat Pliego manifestó que muchos procesos psicosociales y fisiológicos van relacionados con la calidad del sueño, porque mientras la persona duerme, el organismo del cuerpo está trabajando, está depurando las cosas negativas del organismo; mientras que si la persona no duerme, el organismo deja de hacer esa función de limpieza del organismo y a la larga, va en detrimento de la calidad de salud de la gente.
Explicó que en el caso de México, desde noviembre del año pasado a la fecha, instituciones como la UNAM, diferentes academias de investigación están realizando estudios para conocer la calidad y cantidad de horas que la gente ocupa para dormir y que de alguna manera va a beneficiar o afectar la salud de las personas.
Refirió que el índice de la población afectada por una mala calidad del sueño, ronda entre los 37 y 39 años de edad promedio; sin embargo, hay estadísticas que marcan que en edades que van de los 10 y hasta los 17 años ha mermado la calidad sueño de los individuos.
Pliego Azcué señaló que si las personas cambian sus hábitos de comportamiento en la noche, antes de irse a dormir, la calidad del sueño se verá beneficiada, como es evitar leer en la cama, checar las redes sociales en móviles, tabletas o computadoras, ver la televisión hasta altas horas de la noche, jugar con videojuegos, ayudará para que el cerebro baje la intensidad y mejore ese proceso de reparación del sueño, lo cual puede ser de manera gradual.
Asimismo, dijo que con base en un estudio que realizó la UNAM en México con respecto a los trastornos del sueño y que se está canalizando como un problema de salud pública, menciona que el 45% de la población se ve afectada, y a esto, la Organización Mundial de la Salud, señala que el 35% de la población mundial tiene problemas del sueño por diferentes factores, una parte es provocada por los trastornos del sueño y otra parte por los problemas anexos o que la persona tenga alguna patología.
Para ello, los expertos recomiendan trabajar en la higiene del sueño, que tiene que ver con el hecho de llevar una vida saludable, ya que esto se verá reflejado en una calidad de vida para dar un equilibrio al cuerpo de la persona, que va desde comer adecuadamente y saber balancear los alimentos en ciertos horarios del día y con relación con los trastornos del sueño, evitar aquellos alimentos que le dan esa carga energética al organismo y mantenga a la persona en alerta, como es el café, los carbohidratos, el pan de dulce, dulces, harinas, jugos de bote y bebidas carbonatadas y las bebidas energéticas, que no le permitirán conciliar el sueño en la noche.
En la parte afectiva, la persona que comienza a experimentar problemas del sueño, es importante que solicite el apoyo de profesionales de la psicología para recibir la orientación pertinente y evitar la automedicación; además de que ayudarán a las personas para alejar todos aquellos pensamientos negativos y saber potencializar las cosas que invitan a la armonía social.
Montserrat Pliego manifestó que la población más vulnerable en sufrir problemas por el trastorno del sueño son las personas mayores de 65 años porque fisiológicamente se afecta el ciclo circadiano en esta categoría de personas, sin embargo, son las mismas recomendaciones para mejorar la calidad del estilo de vida de las personas, que se recomiendan seguir.
Por último, comentó que si la persona no se ocupa en trabajar por un sueño reparador, se va a deteriorar su calidad de vida, en el campo emocional, presentará cuadros de depresión, ansiedad, cambios en el estado de ánimo de manera brusca y no confrontar adecuadamente los problemas, presentando en algunos momentos, casos de violencia familiar, entre otros.
El contar con un estilo de vida saludable, permitirá a las personas llevar una vida a plenitud en todos los aspectos, con un ejercicio balanceado, hidratación adecuada y obviamente con un sueño reparador que mínimo debe ser de seis horas.