Durante la era profesional iniciada en 1943, los Rojinegros representaron al futbol de Jalisco junto con su antagonista el Guadalajara, cuya rivalidad comenzó a forjarse en aquellos años.
El Atlas ha sido reconocido co mo cuna de grandes futbolistas a lo largo de su historia; tradicionalmente ha echado mano de jugadores surgidos de su cantera, razón por la cual es conocido también como La Academia.
Una nueva década comenzaba y el balompié mexicano daba sus primeros pasos en el terreno del profesionalismo en 1951. Desde sus inicios, había visto cinco campeones, entre quienes destacaban Veracruz y León, con dos títulos cada uno.
La entonces recién creada liga mexicana de futbol estaba conformada por 12 equipos que jugaban entre todos, coronándose el que sumara más puntos. Cabe señalar que se repartían dos unidades por victoria y un punto en caso de empate.
La temporada 1950-51 estaba por concluir. En la penúltima fecha Atlas y las Chivas Rayadas del Guadalajara se veían las caras en el Parque Oblatos, la victoria pondría en camino a los Rojinegros rumbo al campeonato, aunque también necesitaban que León perdiera contra Veracruz.
El trepidante encuentro entre los equipos originarios de la Perla de Occidente sacó chispas desde los primeros minutos. La escuadra atlista, dirigida por el argentino Eduardo Che Valdatti, tenía como estrellas a Adalberto Dumbo López y el delantero costarricense Edwin Cubero. Mientras que del lado del Guadalajara contaban con la presencia del portero Jaime Tubo Gómez y el histórico delantero Tomás Balcázar.
A los pocos minutos de iniciado el segundo tiempo, una mano dentro del área de Chivas del defensa Rafles Orozco cambió el rumbo del partido. El árbitro Horacio Cuate Salceda marcó penal, mismo que fue cobrado por Cubero para darle la mínima ventaja a los de la Academia. Los ánimos entre la afición se encendieron, por lo que el partido tuvo que ser detenido por espacio de siete minutos. Una vez reanudado el encuentro, los dos porteros tuvieron que intervenir en varias ocasiones para salvar sus respectivas porterías.
A pesar de la fiesta que se vivía desde la tribuna, donde hubo fuegos artificiales y mariachis, al término del partido, el árbitro Salceda fue increpado y reprimido por la afición. Tuvo que salir escoltado por la policía por una secreta ya que se temía que su vida estuviera en peligro.
El León sucumbía en Veracruz, dándole con ello el título al Atlas, que acabaría con 30 puntos.
El Tubo Gómez, molesto por la polémica definición en favor del Atlas, declaró que los Rojinegros no volverían a ser campeones dentro de 50 años, después de aquella derrota que las Chivas Rayadas sufrieron ante su acérrimo rival.
Fuente: Adrenalina