En México la igualdad de género sigue siendo una asignatura pendiente, que lastima no sólo al tejido social, sino también a la dignidad y a todas las mujeres del país.
La relación entre la mujer y el hombre ha sido una parte importante en el estudio de todas las ciencias, en el caso de la mujer es importante destacar que ningún país puede aspirar a ser una sociedad plenamente democrática, mientras persista la desigualdad, la discriminación y la violencia contra las mujeres, subrayó Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Facultad de Psicología de la UPAEP.
Dijo que lamentablemente en México la igualdad de género sigue siendo una asignatura pendiente, que lastima no sólo en el tejido social, sino también a la dignidad y a todas las mujeres, y en números, afecta totalmente a las mujeres niñas, a las mujeres adultas y a las mujeres ancianas y en ese mismo orden de ideas, a la educación, que a pesar de que ha sido un gran esfuerzo, los trabajos de psioeducación, no se ha logrado avanzar en este gran terreno que es la desigualdad en el tejido social en el que la mujer parece ser en quien se ha depositado esta gran responsabilidad.
Agregó que no se puede desconocer que también se han logrado grandes avances y obviamente en esta materia de igualdad, equidad, inclusión, participación social, etcétera, sin embargo, no se ha logrado conseguir en el mundo que la figura de la mujer tenga un lugar protagónico para hacer los cambios que tanto la gente necesita.
Advirtió que todavía se vive en una retórica en donde se destierran las prácticas y las tradiciones sociales que afectan a las mujeres, en especial, los avances son evidentemente masculinos y la creciente participación de la mujer en la vida social ha sido mermada por las condiciones biológicas y las condiciones sociales que ella misma o que la misma sociedad le va colocando como diques para que ella no pueda avanzar en el proceso de posicionamiento y resignificación de su papel dentro del tejido social.
Pérez Torres refirió que el desempeño de la mujer en el ámbito educativo es muy grande, si bien se cuenta con una feminización del magisterio significativa que supera todas las expectativas de la vida escolar, aún se tiene una grave reticencia porque los hombres son los que finalmente toman muchas decisiones en la vida política, económica y social de este país.
Dulce María Pérez, manifestó que todavía se está muy lejos de que la sociedad pueda alcanzar una verdadera igualdad en la parte de las mujeres y los hombres, la inequidad, la falta de oportunidades, la ignorancia, la violencia, la pobreza y las muertes inevitables muchas veces en condiciones de tratamiento contra la mujer, así como tradiciones y costumbres, situaciones de violencia y educación, han sido y han venido en aumento en los últimos años.
Comentó que la pandemia, “nos vino a hacer un alto a todas las personas, sin embargo, estos procesos de violencia se vieron aumentados de manera significativa. Ya no se pudo ver la violencia a nivel de palabras, a nivel de situaciones y de las diferentes condiciones que la mujer fue viviendo, muchos de los datos que se pueden mostrar en la parte estadística, tuvieron que ver con la violencia y hasta la muerte, pero la mujer reviviendo la violencia de manera paulatina y en silencio. Muchas de ellas, lograron salir de las casas y tratar de denunciar a sus agresores, pero muchas veces fueron caso omiso ante la política de este país”.
Agregó, estamos muy lejos de que este 8 de marzo, se pueda realmente concelebrar, celebrar y resignificar el papel de la mujer que tiene hoy en día.
En su intervención, Rocío Baños Lara, investigadora de la Facultad de Medicina y Directora del Centro de Investigación Oncológica de una Nueva Esperanza UPAEP, expresó que las mujeres representan menos del 30% de los investigadores a nivel internacional.
Dijo que el número de investigadoras se ha ido incrementando con los años, pero las mujeres publican menos que los hombres y es menos probable que trabajen en colaboración con otros investigadores.
Apuntó que hoy en día aun cuando es más frecuente encontrar a mujeres involucradas en actividades académicas y científicas, el número de mujeres que llegan a ser líderes de grupos de investigación es menor comparado con el número de mujeres que comienzan una carrera en la ciencia.
En el padrón del 2018 de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, el 63% son hombres, mientras que el 37% son mujeres, están menos representadas en los niveles más elevados del SNI pasando de 44% de mujeres en el nivel candidato a 38% en el nivel 1; 33% en el nivel 2 y sólo el 23% en el nivel 3. Agregó que en el nivel 3, el 63% de los doctores con la distinción del SNI son hombres.
Baños Lara enfatizó que celebrar el Día de la Mujer siendo investigadora es importante para el acercamiento e interacción y quizás para sembrar en otras mujeres la idea de convertirse en una de ellas.
Por su parte, Ady Carrera Hernández, investigadora de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la UPAEP, destacó que se ha dado un avance en las posiciones ganadas en diferentes espacios de las instituciones públicas del gobierno. “Tenemos en el gabinete más Secretarías de Estado ocupadas por mujeres y representan alrededor del 45% de 20 dependencias, es decir, de la administración pública central, 9 secretarías de estado las ocupan mujeres, tenemos 7 gobernadoras y de acuerdo a datos publicados la semana pasada por el INEGI, aproximadamente 23% de las presidencias municipales están ocupadas por mujeres”.
Acotó que no obstante la paridad por ejemplo en el Congreso de la Unión, en términos de la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, no ha significado políticas públicas de apoyo hacia el género femenino.
Ady Carrera, al referirse al tema de las políticas públicas que se generan en el país para atender y mejorar esta brecha que forma parte de los objetivos de desarrollo sostenible y la equidad de género, se tiene que antes de la crisis sanitaria, México era el quinto país de la OCDE con la mayor brecha salarial entre hombres y mujeres.
Indicó que esta brecha salarial se calcula en aproximadamente en un 19%, es decir, por el mismo trabajo por ejemplo un hombre gana 100 pesos y una mujer gana 83 pesos. Y los datos después de la pandemia, nos muestran la falta de políticas públicas para aminorar el impacto de la pandemia, en donde la tasa de desocupación de las mujeres – es decir, aquellas que perdieron su empleo remunerado y por lo tanto su ingreso- muchas veces con el rol de jefas de familia, es mucho más alta que en los hombres.
Carrera Hernández refirió que de acuerdo a datos recientes del INEGI, señalan que mientras los hombres le dedican 20 horas a la semana al trabajo doméstico, las mujeres le dedican 50; es decir, si las dividimos entre los días de semana, resulta que dedican 7 horas diaria, de ahí la doble jornada de trabajo de las mujeres y con el escaso apoyo de sus parejas.
Por último, dijo, mañana 8 de marzo, “no estamos celebrando nada, estamos conmemorando y tratando de hacer un llamado para una mayor equidad de género y para una mayor atención de nuestras necesidades y de nuestros conflictos como por ejemplo los casos de feminicidios que el gobierno federal se ha negado sistemáticamente a reconocerlos”, concluyó la académica.