La crisis climática, las desigualdades y niveles crecientes de inseguridad alimentaria y desnutrición, afectan la calidad de vida en muchas sociedades y alimentan el descontento, afirmó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Tras darse a conocer el Informe sobre la Situación Económica Mundial 2020, los expertos de la ONU exhortaron a realizar «ajustes masivos al sector energético, que actualmente es responsable de la mayoría de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”.

Aseguró que si el mundo continúa dependiendo de los combustibles fósiles en los próximos años, y las emisiones en los países en desarrollo alcanzan el nivel de las de las naciones más ricas, las emisiones globales de carbono aumentarían en más del 250 por ciento, con resultados potencialmente catastróficos.

Puntualizó que las necesidades energéticas mundiales deben ser satisfechas por fuentes de energía renovables o bajas en carbono, “lo que conducirá a beneficios ambientales y de salud, como una menor contaminación del aire y nuevas oportunidades económicas para muchos países”.

Sin embargo, el informe consideró que “la necesidad urgente de cambiar a energía limpia continúa siendo subestimada, y señala que los países siguen invirtiendo en petróleo y gas y en la generación de energía a carbón”.

La dependencia de los combustibles fósiles se describe como «miope», dejando a los inversores y gobiernos expuestos a pérdidas repentinas, a medida que fluctúa el precio del petróleo y el gas, además de contribuir al deterioro de las condiciones climáticas, como el calentamiento global, aseguró.

«El riesgo asociado con la crisis climática se está convirtiendo en un desafío cada vez mayor y «la acción climática debe ser una parte integral de cualquier combinación de políticas», destacó.