El Senado de Estados Unidos se prepara este jueves para aprobar una propuesta que busca poner fin a la declaración de emergencia del Presidente Donald Trump en la frontera sur, desafiando su amenaza de vetar la medida.
Cinco senadores republicanos han dicho que respaldarán la medida aprobada en febrero por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que está controlada por los demócratas. Se necesitan al menos cuatro republicanos para aprobar la medida en el Senado de 100 escaños, porque ya cuenta con el apoyo de los 45 demócratas y de dos independientes.
Pero es poco probable que la medida se convierta en ley dado que se necesitan dos tercios de los votos del Congreso para anular un veto presidencial, que Trump prometió emitir si la iniciativa se aprueba el jueves en el Senado.
«Estoy preparado para vetar, si es necesario», dijo Trump el jueves en una publicación en Twitter.
El vicepresidente Mike Pence se reunió con senadores republicanos esta semana para tratar de frenar el apoyo a la medida dentro del partido, ya que a algunos republicanos les preocupa que futuros presidentes demócratas puedan quitarle poder al Congreso para financiar a los gobiernos y usar declaraciones de emergencia para apoyar sus propios programas.
Pence dijo a los senadores que Trump podría respaldar un segundo proyecto de ley presentado por el senador republicano Mike Lee, que pondría fin a futuras declaraciones de emergencia después de 30 días, a menos de que el Congreso vote para extenderlas.
Lee dijo el miércoles que la Casa Blanca dejó en claro que su proyecto de ley «no tenía vía libre» para su aprobación y agregó que votará el jueves a favor de terminar con la declaración de emergencia.
El estancamiento político en torno a los miles de millones de dólares exigidos por Trump para construir un muro a lo largo de la frontera de Estados Unidos y México condujo a un cierre parcial del gobierno durante 35 días, que terminó en enero.
Bajo la declaración de emergencia firmada por Trump el 15 de febrero, el Mandatario podría sacar dinero de otros programas federales para construir una barrera fronteriza que asegura que es necesaria para contener la inmigración ilegal y el narcotráfico.
Los demócratas niegan que haya una emergencia fronteriza y argumentan que las cifras de personas que cruzan la frontera están en un mínimo de cuatro décadas.