Al doble del precio en promedio, pero con entrega a domicilio, un sujeto vende gasolina en la CDMX contactando clientes vía Facebook.
En la red social hay por lo menos siete usuarios que ofrecen combustible en el Valle de México, desde Nezahualcóyotl hasta Cuajimalpa. El periódico Reforma contactó a uno de ellos.
«Así quedaron los precios para que no se formen nada», explicó el vendedor en un mensaje de texto, «garrafón de 20 lts. Magna, $790, Premium $890».
La entrega se hace sin costo en cuatro plazas del poniente: Metrópoli, Portal San Ángel, Manacar y Santa Fe.
Si tiene que llevarla a otro lugar, el costo adicional es de 150 pesos, siempre y cuando sea dentro de la Ciudad.
«Hay mucha, mucha demanda», dijo para pedir paciencia, ya que la entrega tomaría algunas horas. El reparto comenzó desde temprano y pensaba seguir hasta la noche.
Al sitio acordado llegó con un acompañante a bordo de una camioneta SUV.
En el compartimento de carga traían 13 bidones de combustible, todos de 20 litros. El trato se cerró en la calle sin preocupación alguna.
La mayor parte de sus clientes vacían en el punto de entrega el contenido. De lo contrario, deben llevar su propio contenedor.
«De hecho está súper», dijo para dar confianza de que se trata de gasolina que no está rebajada.
El negocio con venta a domicilio lo hace a través de la zona de anuncios clasificados de Facebook, conocido como Marketplace, y de una publicación es su perfil personal.
El jueves, uno de sus contactos le posteó una foto de «Javi Noble», el personaje de la película «Nosotros los nobles», quien propuso la venta de gasolina a domicilio.
Él contestó que sigue «sabios consejos».
Enseguida, otro le cuestionó sobre si se se trataba de huachicol y él respondió que no, que es un «servicio a la comunidad».
Un conocido suyo lo criticó por revender sin ni permisos ni medidas de seguridad, pese a que se trata de materiales que forman atmósferas explosivas de fácil detonación.
«Yo me formé y pongo mi poder a favor de los que hoy están varados sin gasolina. Y me agradecen tanto», justificó.
Cuando un taxista de aplicación vio la garrafa con combustible que adquirió este diario, le resultó inevitable preguntar dónde se consiguió.
En su cajuela llevaba dos contenedores vacíos de 10 litros cada uno porque en ninguna estación de servicio le habían querido vender más allá de la que cargaba en el automóvil.
«Porque unos se pasan de listos y la revenden», lamentó.
Aunque este estado vecino aún no enfrenta escasez, pero sí sobredemanda, Protección Civil de Morelos prohibió ayer la venta de combustible en garrafas.
Fuente: Reforma