La obra editorial y el pensamiento de Jorge Carpizo MacGregor está vigente y permiten llevar a cabo un exhaustivo análisis de los temas y retos actuales del acontecer en México, razón por la cual expertos y académicos de diversas disciplinas disertaron sobre las aportaciones de quien sirvió al país como rector de la UNAM, académico, servidor público, defensor de derechos humanos, entre otras actividades.
Al comentar el libro la “Constitución Mexicana de 1917” en la mesa Mesa 1 del Foro virtual “10 años sin Jorge Carpizo: reflexiones sobre su obra”, organizado por el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH), el profesor emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), Sergio García Ramírez, expresó que Carpizo fue un ombudsman ejemplar, que llevó esta figura a rango constitucional, la cual hoy merece un rescate.
Diego Valadés Ríos, también investigador emérito de esa entidad académica, recordó que esta obra la presentó Carpizo como tesis profesional de licenciatura el 8 de febrero de 1968 y fue de gran originalidad y frescura para el Derecho Constitucional. Entre las aportaciones destacó la defensa de la supremacía del Estado y de un país laico.
“El libro es un claro ejemplo de valía que ha permanecido en el tiempo. Carpizo mantuvo siempre vigencia editorial y señalaba que la Constitución de 1917 aseguró décadas de paz social, aunque reconocía en sus últimos años que la sociedad ha cambiado”, afirmó la investigadora del IIJ, Rosa María Álvarez González.
A su vez, Patricia Kurczyn Villalobos, académica de esa entidad académica, consideró que en el texto consagró los derechos sociales, y en otras obras sentó las bases para que los derechos humanos se tradujeran para ser efectivos.
El abogado Alfonso Navarrete Prida opinó que se trata de la primera obra en donde el jurista universitario mostró una forma de entender la vida, centrada en “vivir la Constitución”. Él sostenía que no se necesita una Constitución nueva, pues la de 1917 sigue vigente, aún con sus muchos cambios, y no se ha roto el orden social.
En tanto, José de Jesús Orozco Henríquez, investigador del IIJ, detalló que el libro es actual, cuenta con 16 ediciones corregidas y aumentadas, la última ocasión publicadas en 2013 (tras el fallecimiento de Carpizo) por editorial Porrúa y la UNAM.
“Presidencialismo Mexicano”
En la mesa 2: Libro “Presidencialismo Mexicano” a 44 años de su publicación, el expresidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Jorge Madrazo Cuéllar, comentó:
“El análisis de las llamadas facultades meta o extra constitucionales del Presidente fue innovador porque se atrevía a escribir con rigurosidad académica sobre lo mucho que muchos pensaban, pero lo
hacían en silencio, sobre la forma como el entonces el Ejecutivo cumplía con sus funciones”.
En su exposición, el extitular del PUDH de la UNAM, Luis de la Barreda Solórzano, rememoró a Carpizo y su obra por el mérito de ser un profundo conocedor del constitucionalismo y exponer sus ideas con una claridad que pocos juristas comparten.
Para el exsenador de la República, Amador Rodríguez Lozano, a la luz de los retos que enfrenta nuestro país en la actualidad (la pandemia por la COVID-19, la guerra Rusia-Ucrania y la recesión económica) es necesario hacer una nueva revisión del presidencialismo en México, pues los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto mantuvieron en el fondo toda la institucionalidad del presidencialismo.
La escritora Lilia Cisneros Luján compartió que: “Jorge decía con mucha sabiduría que no es posible que la vida de 60 millones de mexicanos se rija por la voluntad de un solo hombre. ¿No es vigente eso ahora, pregunto yo? Jorge nos insistió que el gobierno debe ser de leyes, de principios morales y de servicio del hombre libre”.
En lo anterior coincidió la abogada Mariela Morales Antoniazzi, quien añadió que la experiencia reciente en México y Latinoamérica es preocupante: el retroceso hacia modelos caudillistas gracias al populismo. Las constituciones impedían la reelección consecutiva y en los últimos años se ha notado una tendencia a eliminar esta garantía auténticamente democrática.
Las facultades metaconstitucionales del Ejecutivo estaban marcadas por su influencia en los poderes Legislativo y Judicial, el control de los medios de comunicación, el dominio sobre las fuerzas armadas, los cargos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la regulación del sistema monetario del país, enfatizó el investigador del IIJ, César Astudillo Reyes.
Mariano Palacios Alcocer, exgobernador de Querétaro, enfatizó que en su obra, Jorge Carpizo propuso un sistema presidencial equilibrado, acotado y responsable, siempre sujeto a la ley. “El sistema presidencial ha de deslindarse del presidencialismo, someter su función al orden constitucional, alentar el diálogo democrático, respetuoso y tolerante, negociar, someterse a la ley, atacar la pobreza, propiciar el diálogo. El reto mayor del país es la vigencia integral del Estado de derecho”.
Institucionalidad democrática
Al participar en la Mesa 3. “El Estado, la institucionalidad democrática y Jorge Carpizo”, del Foro “Diez años sin Jorge Carpizo. Reflexiones sobre su obra”, el exrector José Narro Robles aseguró que el homenajeado no estaba subyugado por el poder, pero estaba interesado en su estudio, y se encontraba comprometido con la búsqueda de la arquitectura constitucional, que permitiera el equilibrio de los poderes.
“No queremos ser un país de derechos aspiracionales, queremos que los derechos ya establecidos se cumplan. A México le hace falta reconciliación, unidad y convicción para avanzar en la ruta de lo que necesitamos”, destacó.
Juan Luis González Alcántara Carrancá, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, manifestó que la Constitución, como Jorge Carpizo refrendó, es la mejor fortaleza para la justicia social.
En su momento, respondió a quienes aseguraban que se requería una nueva Carta Magna, analizó las tesis a favor y en contra, y arguyó diversas y sustentadas razones como la que el diseño institucional de nuestra ley es adecuado, porque está basado en el respeto a los derechos humanos, la separación de poderes y los controles mutuos entre estos.
A su vez, el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, dijo que en su libro “El Presidencialismo Mexicano” (1978), el jurista buscó retratar “un régimen político caracterizado por la presencia de un ejercicio concentrado en el poder político en manos del Poder Ejecutivo, el gran decisor, con esas facultades metaconstitucionales que él llamaba. Vale la pena releerlo en los tiempos que hoy transcurren”.
Clara Jusidman Rapoport, economista por la UNAM, integrante emérita del Seminario de Cultura Mexicana, aseguró que nuestro país “poco ha valorado el papel que tuvo Carpizo en la transición a la democracia, con decencia, ética y alto sentido de la responsabilidad por el bien público”.
“También con enorme discreción, no fue un hombre que buscó al poder, fue un hombre al servicio de la nación, que perdimos demasiado pronto. Creo que tenía mucho más que aportar. En un país donde la justicia social pudiera hacerse efectiva, le sigue haciendo falta a México”, apuntó.
En su oportunidad, Mauricio Merino Huerta, exconsejero electoral del IFE (1996-2003), y académico de El Colegio de México, recordó una anécdota con quien fuera procurador General de la República:
Alguna vez pedí su consejo. Oiga doctor, quieren despedir a todos los del IFE, ¿cómo se combate a la fiera de las desconfianzas?, que usted así llama. Y me respondió, “el problema no es a quien despide, sino a quien nombra”. Hoy puedo decirles, continuó Merino, que aquel consejo me sirvió para entender a fondo no atender peticiones políticas para despedir a alguien, sino, ante todo, hacer valer los derechos.
El jurista, José Luis Stein Velasco evocó el pensamiento de Jorge Carpizo. Hizo énfasis sobre los conceptos de democracia y Estado de Derecho, “que se encuentran estrechamente ligados”.