Xavier Velasco desnuda su alma a través del libro «Entrega insensata»

El escritor mexicano Xavier Velasco desnuda su alma a través de «Entrega insensata. Cartas a la deriva», su nuevo libro en el que muestra relatos dirigidos lo mismo a su madre que a una chica de la que se enamoró, al cantante José José o a su perro Boris.

Es el resultado de unas 240 cartas que había escrito tiempo atrás, algunas en su época de juventud. Cuando empezó a leerlas analizó que muchas habían perdido fuerza, que otras tendría que reescribirlas y otras de plano ya no servían.

Durante la presentación de su nueva obra literaria, en el Palacio Postal del Centro Histórico de esta ciudad, comentó que cuando le dio por escribir cartas de amor empezó haciéndolo muy mal, pues considera que no siempre se sabe como acercarse al amor a través de una hoja de papel y una pluma.

«Recuerdo haber escrito muchas cartas de amor que no entregué, excepto un par que fueron anónimas y que seguramente la chava se sigue preguntando quién se la mandó», platicó ante más de un centenar de personas.

Hacer una carta de amor, señaló, toma mucho tiempo aprenderlo, pero «entre más se hace más mañoso te vuelves».

A través de las páginas de «Entrega insensata. Cartas a la deriva», Xavier Velasco comparte aquella vez que se sintió atraído por una mujer que era casada y de cuando le confesó que para conocerla tomó como pretexto ponchar las llantas de su coche para luego proponerle que él le ayudaba a arreglarlo.

«Una vez escribí una carta de 17 páginas y le puse fragmentos de canciones, algunas de Rod Stewart», contó mientras los asistentes permanecían atentos.

Resaltó que para escribir cartas el autor tiene que desnudarse completamente.

«Incluso antes de enviar la carta era importante besarla porque ella tomaría esa carta y yo esperaba que también la besara. Seguramente no iba a pasar, pero es importante porque en esa carta te vaciaste, soltaste todo lo que había dentro de ti».

En opinión del escritor al redactar una carta se aprenden cosas de uno mismo porque obliga a ir más allá, propone exagerar el tema.

«Es un acto de autoexorcismo, de sacar los demonios y no ser políticamente correcto. Decir lo que siento, de empeñar la palabra en ello. Porque uno se remite a sus palabras para decir esto es lo que pienso, esto es lo que soy», concluyó.

marzo 9, 2018 - 12:45 pm

Por: Staff

Cultura

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