Desgraciadamente, Puebla vivió días de terror.
La explosión de un par de polvorines obligó a poner atención a un problema añejo, hacinado con otras tantas quejas ciudadanas.
En estos días de poner fin a tradiciones, como las corridas de toros, no estaría mal que de una vez por todas prohibieron la pirotecnia en fiestas patronales y otras celebraciones.
Solo así se evitarán desgracias como en Zacatepec o Felipe Ángeles.