Investigadores del Hospital Brigham and Women y del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Estados Unidos, observaron que el tiempo que se pasa en cama sin poder dormir se relaciona con el inicio de migraña dos días después.
Sus colegas y Suzanne Bertisch, médico e investigador clínico en la división de trastornos del sueño y circadianos del Hospital Brigham and Women, realizaron un estudio a 98 adultos con migrañas episódicas.
Los pacientes escribieron en diarios electrónicos dos veces al día, registrando detalles sobre su sueño, dolores de cabeza y hábitos de salud durante seis semanas.
En ese lapso, también usaron un actígrafo de muñeca en la cama (método no invasivo usado para evaluar las alteraciones del ciclo sueño-vigilia ) para capturar objetivamente sus patrones de sueño.
El equipo ajustó los datos con otros desencadenantes de migrañas incluida la ingesta diaria de cafeína, alcohol, actividad física y estrés, entre otros.