El drama del tráfico de órganos en China: «Cortan los corazones a gente inofensiva»

El tráfico sexual o laboral suele acaparar más espacio que el tráfico de órganos en los medios de comunicación, entre los legisladores y en campañas de concienciación, sin embargo, éste último supone un negocio que, aunque esté menos expuesto, sigue siendo uno de los más lucrativos del mundo. Grupos criminales organizados e incluso gobiernos de países están detrás de estas prácticas que generan miles de millones de dólares, que acaban con la vida de personas y cuyas penas no suelen ser lo suficientemente duras.

Esta semana, el gobierno de China ha sido acusado de extraer órganos pertenecientes a personas de religiones o grupos étnicos minoritarios en una “escala significativa”. Esta acusación ha sido realizada ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNHRC en sus siglas en inglés) por una organización independiente. El abogado Hamid Sabi que trabaja para el Tribunal de China comentó, según SBS News, que la ONU tiene una “obligación legal” para actuar frente a estos crímenes.

Es precisamente este tribunal, con Sir Geoffrey Nice QC al frente, quien ha encontrado evidencias de peso que indican que los practicantes de la religión Falun Gong y la minoría turca de los Uighur son los principales objetivos para este tráfico de órganos. Los testimonios de Sabi son escalofriantes.

“Víctima a víctima y muerte a muerte, cortan los corazones y otros órganos a gente inocente, inofensiva y pacífica. Esto constituye una de las mayores atrocidades en masa de este siglo”, sostuvo el abogado en Génova ante los presentes. “Implantar órganos para salvar vidas es un triunfo social y científico, pero matar al donante es un crimen”, aseveró.

Según esta organización, quien está detrás de estas atrocidades es el gobierno chino, que se embolsa una cifra estimada de mil millones de dólares al año en una trama mortal para los supuestos donantes y extremadamente peligrosa para los que reciben dichos órganos: ciudadanos generalmente extranjeros que acuden a China a recibir órganos debido a las facilidades con respecto a sus lugares de origen. A este tipo de personas se les llama “turistas de transplantes”, cuya urgencia les somete a un riesgo extremo ya que las condiciones de esos transplantes no cuentan con las garantías necesarias.

Las investigaciones de este tribunal, cuyo presidente también formó parte de las pesquisas de crímenes contra la humanidad en Yugoslavia, comenzaron en 2018. En tan solo un año, el veredicto de este organismo independiente es inequívoco y las descripciones de lo que sufrieron las víctimas son tan detalladas como espeluznantes. Según sus informes, miles de personas inocentes fueron abiertas en canal estando vivas y les “robaron” son riñones, hígados, pulmones… y “los sacaban a la venta”.

Las víctimas son en su mayoría integrantes de la religión Falun Gong, quienes concentran su espiritualidad en un régimen basado en la meditación y el qigong, una técnica respiración y en los movimientos físicos pausados en el que se cultiva el balance de las personas. Sus integrantes llevan décadas denunciando una persecución que desde el año 2000 está incluyendo un aumento de víctimas por culpa de los transplantes de órganos. Los Uighurs son una minoría musulmán que también está siendo acosada por la mayoría china.

Tras los resultados de las investigaciones, el tribunal independiente está exigiendo la intervención de la ONU en un problema que acaba con víctimas mortales y que comienza con una evidente alta demanda de órganos para tan pocos proveedores. Los tiempos de espera en los países desarrollados son enormes y la urgencia de aquellos que necesitan órganos para sobrevivir es total. El cóctel es explosivo y refleja el instinto de supervivencia de aquellas personas que le dan prioridad a su propia vida. En Canadá, el tiempo medio de espera para recibir un riñón es de cuatro años y en algunos casos se llega a los siete años. En Estados Unidos es de 3.6 años según la Fundación Nacional de Riñones. En Gran Bretaña son de dos a tres años. Ofertar un riñón en semanas es una oferta que muchas personas ven difícil declinar, aunque el precio sea mucho mayor en lo económico y en cuanto al riesgo.

Según la organización, Global Financial Integrity (GFI), alrededor de un 10 por ciento de todos los transplantes de órganos forman parte del circuito ilegal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 10 mil riñones son distribuidos al año en el mercado negro.

Yahoo Noticias

septiembre 28, 2019 - 5:25 pm

Por: Staff

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