Hoy en día, el ser humano duerme menos horas de lo que el cuerpo requiere, y cuando eso pasa se evitan funciones vitales, como la restauración de los sistemas neuronales, señaló el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Reyes Haro Valencia.
Explicó que debido a que el cerebro se recupera al soñar, la restricción de sueño provoca que las personas se sientan cansadas, se vuelvan lentas e incluso acelera el surgimiento de enfermedades metabólicas y reduce la expectativa de vida.
“La población total en México es de 120 millones de personas y 40 millones se estima que tienen trastornos de sueño. Hoy en día se conocen 20 causas asociadas al insomnio, entre ellas el estrés, el estilo de vida y las exigencias diarias”, expresó Reyes Haro, presidente emérito de la Sociedad Mexicana de Sueño.
Explicó que son cuatro etapas las que confirman el dormir: dos ligeras y dos profundas, y en la primera el porcentaje es de 60 por ciento de la noche y tiene una función de conservación de la especie, porque si hay algún peligro en el entorno se puede detectar y reaccionar.
En tanto, la primera de las dos profundas dura 20 por ciento de una noche y es donde el cuerpo se restaura, produce hormonas, neurotransmisores y nuevas células, y el 20 por ciento final es la etapa en la que se sueña.
“Esta etapa se denominada sueño MOR (Movimientos Oculares Rápidos) porque al soñar nuestros ojos giran como si viéramos las imágenes dormidos de lo que se representa en nuestro cerebro”, expuso el académico.
Agregó que en esta última etapa es donde el cuerpo se encuentra absolutamente relajado, pierde tono muscular y, por ello, los sueños se encuentran cargados de una sensación de liviandad; la persona siente que vuela, flota o no se puede mover.
Subrayó que las cuatro etapas conforman un ciclo de sueño, en el que cada 90 minutos se sueña y cada 90 se despierta brevemente para volver a iniciar el periodo, y dependiendo de cuántas horas duerma una persona y si completa el ciclo, descansará mejor y es aquí donde surgen el primero, segundo, tercero, cuarto y quinto sueño.
“El famoso quinto sueño es el importante, el más elaborado, el que restaura y al que pocos llegan. La mayoría de la gente lo alcanza durante los fines de semana o en días de descanso, ya que es cuando se puede dormir un poco más y este tiempo representa las horas que realmente deberíamos dormir todos los días”, expuso.
Por lo tanto, concluyó, en promedio, toda la gente tiene que dormir ocho horas, aunque siete es lo mínimo recomendable; sin embargo, los jóvenes menores de 21 años tienen que dormir nueve horas, porque todavía se encuentran en desarrollo.