Barbosa Huerta dará su primer informe de labores el 15 de diciembre. Hay que decir a su favor que recibió un estado en ruinas. En ruinas porque desde el morenovallismo comenzó a incrementarse la inseguridad y la extracción y venta de huachicol en el que metió las manos el crimen organizado.
En ruinas porque la decisión de crear una gubernatura de un año ocho meses generó que la delincuencia no respetara a nadie y se comenzaran a pelear la plaza. Tener un mandatario de tan poco tiempo generó una falta de autoridad a pesar de los esfuerzos del minigobernador.
Otro factor es que el día de los comicios del año pasado hubo reportes de violencia que se le atribuyen a la administración anterior. Vino una impugnación electoral que cimbró al estado en totalidad. De ahí, la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que favoreció a Martha Erika Alonso pero que dividió a los grupos de poder poblanos.
La mandataria fallece el 24 de diciembre en un trágico accidente y de ahí el PAN entra en crisis a partir del 25 de diciembre. Entra como encargado de despacho Jesús Rodríguez Almeida quien le entrega la estafeta en un jaloneo legislativo a Guillermo Pacheco Pulido, posteriormente hay una división en Morena provocada por Alejandro Armenta Mier quien al final aceptó a regañadientes no ser el candidato a gobernador.
Todo eso provocó que los alcaldes de todo la entidad poblana hicieran lo que quisieran y como lo quisieran. El caso de Felipe Patjane fue el más escandaloso pues de plano hasta rentó un helicóptero para pedir la mano de su prometida, además de una serie de irregularidades que cometió en su administración.
Así llega Barbosa al poder en agosto pasado y mientras la maquinaria federal ya había arrancado, el mandatario tenía que armar un gabinete en fast track revisar en qué situación se encontraba la administración y jalar la carreta estuviera como estuviera.
Al llegar diciembre, todos los hilos del poder ya los tiene el gobernador. Ya está listo para darnos datos y sobre todo para proyectar el 2020 el año en el que ya va a tener el control absoluto. En el que ahora sí tendrá que enfrentar a la delincuencia y bajar los índices de inseguridad que comenzaron a subir desde el sexenio pasado.
No, no es tarea fácil y dadas las circunstancias aún se le debe tener fe para que mejore las cosas. Seguramente, no lo sabemos, el próximo 15 de diciembre dictará los ejes sobre los cuales se basará su administración.
El 2020 conoceremos, entonces, a la nueva clase política que si bien es de Morena, es a la que podríamos llamar el barbosismo.
Viene, de entrada, un nuevo proceso electoral en el que seguramente peleará su partido por mantener la mayoría en el Congreso del estado y tratar de entregar buenos números para la Cámara baja del Congreso de la Unión.
Veremos personajes más enfilados como Gabriel Biestro, David Méndez, Eric Cotoñeto así como al propio secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla, quien aunque ya le quitaron a sus operadores políticos sigue despachando como el responsable de la política interna de la entidad.
Será el mensaje político del próximo 15 de diciembre que entendamos el rumbo y se definan las nuevas reglas del poder político poblano. De entrada el principal reto es la inseguridad. Los rankings que se han realizado a nivel nacional de gobernadores ha salido bien Barbosa. No obstante, compite con otros que comenzaron mucho antes que él.
Es decir, va bien.
Este 15 de diciembre será decisivo política y administrativamente. Y sí la carrera por las alcaldías también iniciará ahí por los mensajes y las reglas no escritas propias de ese arte de gobernar.
Foto: Es Imagen / Jafet Moz
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