Ciudad de México, 31 May (Hola).- Desde hace unos meses, Ana Brenda Contreras ha encontrado en Tik Tok el espacio ideal para interactuar con su comunidad virtual, cada vez, se abre más con sus seguidores en esta red social en la que compartió el Story time de cómo su mascota, Tomasa, llevó para darle un sentido muy especial de su vida en un momento en el que se sentía al límite. De cara lavada y con una familiaridad que hace que sus fans la sientan más cercana, la actriz recordó cómo su perrita, quien padece una discapacidad, la hizo conocer el amor incondicional. Según narró, desde el sensible fallecimiento de su papá, a finales 2017, venía cargando una tristeza que provocó que el duelo se reavivara justo cuando estalló la pandemia, época en la que se enfrentó a la soledad de golpe al vivir el confinamiento sin compañía. Fue en aquel momento tan retador, que llegó a su vida Tomasa con quien sintió una conexión instantánea.
Bajo el título de “Stoty Time de cómo Tomasa salvó mi vida”, Ana Brenda recordó el que, sin duda, ha sido uno de los momentos más complicados que ha experimentado: “Todo empezó en verano del 2020, en medio de la pandemia o no sé si fue antes de que estallara que yo estaba en la ciudad de Miami, grabando un show que se llama Tu cara me suena donde todo el mundo se enfermó, menos yo, por alguna extraña razón y nos tuvieron que encerrar durante tres semanas casi, casi”, recordó la protagonista de La Indomable. Ana Brenda reconoció que enfrentar esta situación sola fue algo que la cimbró: “Me encontré completamente sola en este departamento y tuve que el tiempo para meditar muchísimas cosas, una de ellas, como muchos saben, era el duelo de lo de mi padre, el miedo de la pandemia y también un poco mi vida”, añadió.
El tiempo del confinamiento la hizo replantearse el rumbo que estaba tomando: “Pensé en qué estaba haciendo con mi vida, estaba sola. El caso es que me entró una depresión brutal, dije: ‘Estoy completamente sola, el mundo ya se va acabar, qué estoy haciendo con mi vida, no estoy realmente dejando una huella, no estoy haciendo algo que importe, qué es realmente impactar y hacer el bien’”. Fue entonces que, a través de una conocida en Instagram que se dedica a buscar hogares para perritos abandonados subió una foto de Tomasa: “Veo que sube a esta cosas preciosa, sin patitas, que iba a tener muy poca probabilidad, porque uno, es negro y hay algo que se llama el síndrome del perro negro, que es menos factible que los adopten y dos, era discapacitado”, recordó.
Sin pensarlo, su instinto protector se activó y supo que estaban destinadas para estar juntas: “La vi y yo dije: ‘¡Es mía!’, algo me llamó y dije: ‘Es mi hija, yo la tengo que tener’”. Sin pensarlo, solicitó su adopción y al mes, la conoció: “Terminó Tu cara me suena, tomé un vuelo a Los Ángeles, paso por ella a un estacionamiento, a donde me la llevó otra persona que la tenía de hogar temporal, fue amor a primera vista”. Luego de la primera impresión, la actriz cayó en cuenta de la gran responsabilidad que había adquirido como dueña de Tomasa: “Cuando ya me la llevé al hotel dije: ‘¿Qué acabo de hacer?’, porque no tenía la menor idea de cómo cuidar a un perrito discapacitado y me había echado una responsabilidad enorme encima”. Fue entonces que, en medio del confinamiento, comenzaron su aventura juntas: “La pandemia estaba a tope y yo estaba sola en Texas educando y teniendo en mi vida a un nuevo ser. De no haber sido por ella, mi experiencia en la pandemia hubiera sido totalmente diferente”, reconoció.
Con la responsabilidad de cuidar a su perrita con discapacidad, Ana Brenda encontró ese sentido a la vida que, por un momento, creyó perder y sacar a adelante a Tomasa se convirtió en su prioridad: “Entonces empecé a informarme y me enteré que, estos perritos, podían tener una calidad de vida muy buena y que muchos de ellos podían usar carritos y cosas para moverse. Yo puedo decir que, antes de que Tomasa estuviera en mi vida yo no tenía sentido como del balance de la rutina, de tener una responsabilidad, sobre todo de tener perspectiva. A pesar de haber nacido especial y con algo que pareciera que la va a limitar, la hace muy valiosa. Hoy por hoy, si no fuera por Tomasa no sé dónde estaría, porque hace que yo no me pueda preocupar por mis problemas al ver que este ser, a pesar de todo me hace reír y está feliz, porque no necesita más que amor, por eso les digo, adopten, rescaten, denle una oportunidad a los perritos discapacitados, a los perritos mayores, de verdad les cambia la vida. Termina siendo una bendición”, finalizó.