En este mundo, cuando juegas a los juegos de tronos, o ganas o mueres; George R.R. Martin.
Algo no han entendido ni Alejandro Armenta Mier ni mucho menos Nancy de la Sierra: ambos perdieron.
El candidato a gobernador por Morena se llama Luis Miguel Barbosa Huerta y es apoyado no sólo por la dirigencia nacional de su partido, sino por ya saben quien, aunque lo hayan abucheado en un estadio de béisbol.
La conferencia de prensa de ayer en el restaurante La Tocinería para exigir la renuncia de Fernando Manzanilla Prieto a la Secretaría General de Gobierno se inscribe en el berrinche de dos que no saben perder y que, ha trascendido, quieren negociar.
‘Esos pollos quieren maíz’, diría Porfirio Díaz si viviera.
La senadora se sabe quiere que le perdonen los 30 millones de pesos que supuestamente no justificó su marido José Juan Espinosa cuando fue alcalde de Cholula. De Armenta su intención, dicen, es conseguir posiciones en el gabinete actual y en el que viene, además de obra pública, y que borren del mapa para el 2024 a Manzanilla, porque lo ve como un rival.
Armenta dejará de patalear cuando veten a Manzanilla, pero eso nunca va a ocurrir. El actual secretario General de Gobierno está más fuerte que nunca y es el artífice para que se concrete la cuarta transformación en Puebla. Quien no lo quiera entender así que se vaya a vivir a Tlaxcala.
Manzanilla ya le ha ganado varias a Armenta: en el 2010, el actual secretario general de Gobierno era coordinador de campaña de Rafael Moreno Valle, mientras que el senador con licencia era de Javier López Zavala y en las urnas le puso una santa madriza.
En el 2015, Manzanilla operó por Tony Gali (al igual que en el 2013) y Armenta era el coordinador de la campaña de Blanca Alcalá. Gali con su respaldo humilló en las elecciones a la priista.
Armenta ha llevado sus críticas a niveles de locura y ahora suma a Nancy de la Sierra quien teme por su marido, quien, por cierto, fue calificado como desconfiable por Manzanilla, según cuentan, desde el incidente del hotel M&M, cuando el Jota Jota (José Juan Espinosa) incumplió con quedarse en la sede del IEE y fue a armar la rebatinga a la supuesta mapachera de los morenovallistas.
Al senador ya lo tienen bien ubicado desde Presidencia de la República. Ya saben de sus presuntas relaciones que mantuvo con los morenovallistas y con panistas, aunado a ello, hay elementos -aseguran fuentes de Morena-, que lo ligan a la carta de la madre de Martha Erika Alonso en la que sugiere que Barbosa se manchó las manos de sangre con la muerte de la pareja más poderosa el 24 de diciembre pasado.
Algo no han entendido los armentistas: los van a ligar con Acción Nacional y más cuando el candidato de ese partido, Enrique Cárdenas Sánchez, se suma a través de su Twitter a las críticas contra Fernando Manzanilla.
En el fondo lo que hay es miedo, pues saben que el actual secretario general de Gobierno tiene muchísima información que podría hundirlos. Que alguien le avise a los perdedores que fracasaron, que le están rascando los huevos al tigre y que por ello habrá graves consecuencias.
Esta guerra no la ganarán.
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