Luis Miguel Barbosa es el candidato ideal para los panistas. Hay más albiazules que morenistas promoviéndolo. Es el perfil idóneo para que Morena pierda las próximas elecciones estatales. Ante un panismo dividido, golpeado a nivel nacional y ante la carencia de un líder en el morenovallismo lo mejor que le puede ocurrir a Acción Nacional es que Yeidckol Polevnsky se monte en su macho y siga con su necedad de imponer a Barbosa.
La necedad no solo es de la señora Yeidckol, pues ella sólo es la mensajera. La terquedad viene del dueño legítimo de Morena, Andrés Manuel López Obrador, me canso ganso.
¿Quieren conocer a Andrés?, dejen que los gobierne un mes.
No importa que Barbosa Huerta haya sido el cacique del perredismo poblano durante casi 20 años, que en 1998 le haya puesto al PRD al servicio del entonces gobernador priista y ahora demócrata Manuel Bartlett en la trama “Maurer le hace el caldo gordo a Mario Marín.
Tampoco importa que postró al perredismo ante Melquiades Morales Flores e hicieran pingües negocios con “Los Chuchos”. Lo de menos, también, es que Mario Marín tuviera bajo su control al partido del sol azteca y menos, que después, lo traicionara para sumarse al proyecto morenovallista en el 2010.
¿A quién carajos le importa que Barbosa haya sido cómplice de Moreno Valle hasta el 2015? A ver, ¿a quien? Si hicieron negocios juntos eso es cosa del pasado. Que haya solapado las acciones duras o autoritarias de Moreno Valle (QPD), mientras le convino, a ver ¿a quién carajos le interesa?
Tampoco es importante que Luis Miguel Barbosa aún siendo senador haya sido el alfil de Peña Nieto y de Emilio Gamboa para lograr las llamadas reformas estructurales que tanto criticaron los de Morena y seguidores de López Obrador.
Al diablo con sus instituciones, pos qué.
Barbosa ha sido un cacique en su actuar y se ha enriquecido inexplicablemente pues hasta donde se sabe sigue rentando una habitación carísima de un hotel en Puebla, pero eso, para el don chinguetas de la cuarta transformación no importa. Barbosa tampoco ha aclarado la casa que compró en Coyoacán y que tiene un costo mayor a 30 millones de pesos, que supuestamente le mercó a don Miguel de la Madrid.
¿Quién no tiene en este momento mínimo unos 20 millones de pesos para comprar una casita?, por Dios. Y en última instancia cantamos todos la parodia de La Casita de Óscar Chávez: “que de dónde amigo veeeengo…” y ya.
Total, ¡eso qué! A ver, ¡eso qué!
Sí, sí, está de la chingada que un político que quiere ser agente de cambio sea igual o peor de lo que dice combatir, pero como dice Ixca Cienfuegos en La región más transparente: “Qué le vamos a hacer mano, aquí nos toco vivir”.
Y si mandan a Barbosa, no lo sabemos de cierto… lo suponemos, diría el poeta: Morena perdería. Si mandaran a un perfil más auténtico, más profesional, menos marrullero, autoritario y caciquil, habría mayor competencia, porque a pesar de los yerros del presidente de la República, una gran mayoría de gente sigue creyendo en la mal llamada cuarta transformación. Aunque dicha verdad no les guste a los panistas.
Los chairos se reproducen como gremlins cuando se les echa agua y los derechairos rumian sus odios sin llegar a nada. Morena aún tiene posibilidades de ganar, pero con Barbosa de candidato la tienen difícil.
Si el PAN quiere ganar tendría solo que cambiar ciertas formas que no le favorecieron en el pasado reciente, ya que aún sigue viva la imagen del autoritarismo duro de los morenovallistas, pero con Barbosa de contrincante en una elección donde se juega una sola posición y con la división interna que hay en Morena, el PAN podría mantener el poder.
Pero ya lo dijo Ixca Cienfuegos: aquí nos tocó vivir, mano.
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