Probablemente ya se sepa quién es el Presidente número 46 de los Estados Unidos porque este martes 3 de noviembre se celebran las elecciones que han despertado un gran interés, no solamente entre los norteamericanos, sino también en el resto del mundo. O quizá, tendremos que esperar a que se cuenten todos los votos postales, esos que Donald Trump ha cuestionado severamente, incluso para afirmar que el voto por correo dará lugar a un fraude electoral, anticipando un desconocimiento del resultado y un escenario incierto para el mundo, porque entonces, la Suprema Corte tendría que decidir.
Inmersos en plena crisis sanitaria –en donde el día de ayer el número de contagios en el país del norte superó los 93,300 y el número de muertos fue de 539– se preparan para decidir en los estados más importantes en cuanto al número de votos electorales, dado que ya más de 60 millones lo han hecho por el servicio postal.
Se espera una votación cercana al 65%, lo que haría de esta, la elección más concurrida de los últimos 90 años y por lo tanto, la más importante por sus repercusiones políticas y económicas.
Para nuestro país el resultado es muy importante porque se ha dicho que si Trump gana, y por lo tanto se reelige, insistirá en el recorte en el flujo migratorio y su posición sobre la construcción del muro será más fuerte, así como la permanencia del T-MEC, pero con fuertes presiones arancelarias y regulatorias para nuestro país.
En cambio, se ha dicho que si Biden gana, se aumentaría la cooperación regional, sobre todo en temas migratorios y que con su plan económico, México tendría un impacto económico positivo, dado que ha manifestado que Estados Unidos tiene un déficit comercial con nuestro país.
Estos y muchos temas más, han estado en el comentario de los políticos mexicanos desde hace semanas, pero ninguno se había atrevido a decir lo que Ricardo Anaya en un video el lunes pasado dio a conocer.
Anaya afirmó: “Por el bien de México, de Estados Unidos y del mundo, deseo que Biden derrote a Donald Trump en su intento de reelección”, haciendo un recuento de los agravios que contra México y los mexicanos ha pronunciado durante 4 años.
Se puede estar o no de acuerdo con esta posición, pero expresarla tan claramente, tiene un valor muy importante en la política, porque para nadie es un secreto que el voto latino, pero especialmente el voto de los mexicanos puede hacer la diferencia en la elección.
Además, claro está, que es una crítica muy fuerte al Presidente López Obrador por haberse dejado llevar a los Estados Unidos, habiendo sido utilizada su imagen en un promocional de campaña, y haber expresado frente al propio Trump en Washington, que se ha comportado con gentileza y respeto hacia el pueblo mexicano.
La posición de Ricardo Anaya parece una apuesta fuerte y seria en un momento de indefiniciones políticas de la clase política mexicana.
Eso es lo que México necesita, claridad en las expresiones y en las definiciones.
Esperemos los resultados electorales en el país del norte, sin creer del todo en la expresión final de la campaña de Donald Trump: The best is yet to come, es decir, “Lo mejor está por venir”. ¿A los poblanos nos recuerda algo?