Alguna vez, Enrique Cárdenas Sánchez olía a pureza intelectual, a impoluto, a crítico del sistema, a académico, a niño bien portado con calificación de diez, a personaje de chick flick de los años noventa, pero eso fue hace mucho, ahora en menos de dos meses hiede a todo lo contrario y en vez de película romántica gringa parece sexy comedia mexicana con el Zayas, Chatanuga, Lyn May y Wanda Seux.
Ayer cayó una bomba en el búnker del PAN que, aunque niegue la especie el aludido, es un verdadero escándalo el hecho de que se presuma un fraude millonario al fisco. Y es que nadie, nadie, nadie está limpio ante el SAT. Que lo perdonen es una cosa, pero que no ocurran pecados ante el fisco es otra.
Lo más grave para Cárdenas, sean ciertas o no las acusaciones en su contra, es que su imagen de pureza ya se está desdibujando, se ve borrosa, manchada, hay dudas de su actitud impoluta, parece que también ha cometido pecados en su andar, que no es el adalid de la democracia.
¡Chintoles!, escupiría el ex impoluto ex rector de la UDLAP una vez que fue puesto en evidencia. Cárdenas no quiere ver que cada que le descubren un fraude o alguna trapacería hace llorar al niñito Dios. Qué feo que sea así.
No es el primer caso que se le señala, primero fue Diario Cambio quien lo evidenció por cobrar su salario de Investigador SIN, luego que un hotel que costaba 18 millones de pesos en la realidad estaba casi en 100 millones.
¡Cien kilos, como dicen en mi barrio!
¡Chintoles!
Ahora, una nueva denuncia pesa en su contra ante la Fiscalía, sea cierta o no, Cárdenas Sánchez tendrá que llevar sus pruebas en las que demuestre que es más blanco que el pan Bimbo y más honesto que Mimoso ratón.
Cada día que se acerca la elección nos enteramos de una nueva aventura del candidato del PAN: que si lo subsidió el gobernador de Jalisco; que si Indatcom y la Covacha los puso a su servicio para hacer la guerra sucia contra Luis Miguel Barbosa; que se le cayó su apuesta de ver dividido a Morena cuando Alejandro Armenta fumó la pipa de la paz con su candidato a la gubernatura; que lo desmiente Massive Caller porque aseguró que ya había empatado, que si sigue cobrando en el Sistema Nacional de Investigadores en plena campaña, que no reportó su tres de tres y ahora esto.
Chintoles y más chintoles.
Y lo peor de lo peor: nomás no levanta en las encuestas, pues en todas sale abajo en las preferencias electorales. Y no abajo, digamos, abajito. No. Muy abajo. Y no es en un estudio demoscópico, en todos. Y hasta el momento no han presentado alguna en la que empate a Barbosa.
Una más: el domingo es su última oportunidad para ganar unos puntitos porcentuales en el debate organizado por el INE, pero qué creen: no sólo es el final esperado de Game of Thrones, ese día juega el León contra el América a las ocho de la noche y si su tirada de Cárdenas era que lo vieran, al menos una hora con treinta minutos, unos verán la serie de televisión y otros verán el partido de soccer. Ah y los menos, verán a Cárdenas, Jiménez y Barbosa.
Chintoles.
Decía mi abuela que cuando amaneces de malas, cualquier perro te orina en la calle.
Pero no se preocupen ya falta poco para la elección.
Columnistas, Noticias Destacadas