Comunidad masculina de la Ibero Puebla reflexiona durante #UnDíaSinNosotras

Tras una histórica jornada de manifestaciones en el marco del Día Internacional de la Mujer, precedida en Puebla por la Megamarcha protagonizada por los estudiantes universitarios el pasado jueves, se hizo efectiva la convocatoria al Paro Nacional de Mujeres.

En ese contexto, los hombres que integran la Comunidad de la Ibero Puebla asistieron al campus para reconocerse unos a otros como actores potenciales de un urgente cambio histórico que permita hacer realidad relaciones igualitarias no violentas entre todos los integrantes de la sociedad, a partir del planteamiento de una misma interrogante: “¿qué nos toca hacer?”.

Para ayudar a contestar esa pregunta, Ismael Ocampo Bernasconi, representante de Genero y Desarrollo, GENDES, A.C., ofreció una conferencia como consecuencia de la huelga de mujeres, misma que fue replicada en países de Latinoamérica como Argentina, Chile y su natal Uruguay.

Comenzó explorando algunas frases que rondan en la opinión pública: “yo no soy machista ni feminista, yo creo en la igualdad”, “El feminismo es una moda”. La primera reflexión con participación de la audiencia dio pie a un análisis introspectivo: ¿quién se considera machista? “Lo soy, pero busco serlo menos cada día. Es un proceso complicado, pero hay que hacerlo”, expuso un voluntario.

El académico cuestionó la presencia de los hombres en las estadísticas: Si las mujeres expresan que han sido víctimas de violencia, ¿por qué nadie admite su incurrencia en ello? “El machismo son creencias culturales que se traducen en cuestiones identitarias: siempre está presente. El primer paso es reconocerlo”, dijo.

Para reforzar la prudencia de la jornada del día, reconoció que el cambio permanente ha generado epítetos agresivos por parte de quienes se resisten a ello. “Ningún hombre puede permanecer neutral a estos eventos”. A su vez, muchos se sienten a la deriva, generando confusión y duda.

Trabajo entre hombres

Los feminismos no solo trabajan en pro de sus derechos, sino que sacuden las conciencias masculinas para que sean ellos quienes se pongan a trabajar en lo que les corresponde como miembros de una sociedad. Una de las tareas pendientes es el cuestionamiento de las formas tradicionales de ser varón.

Ocampo Bernasconi citó La caja de la masculinidad (2017), un informe que habla sobre los ejes rectores de la masculinidad en el imaginario colectivo: autosuficiencia, fortaleza, competitividad por el liderazgo, roles de género rígidos, homofobia, hipersexualidad, control y papel de proveedor.

En este sentido, complementó, las creencias en torno a la masculinidad van relacionadas con la virilidad, la formalidad y el poder; en tanto, la feminidad se relaciona con la maternidad, belleza y sensibilidad. Esta dicotomía es jerárquica y complementaria. Además, indicó, la atribución de características del género opuesto se usa con fines despectivos y de discriminación.

Las relaciones entre hombres se basan en la búsqueda de evitar la feminización. El Mtro. Ismael Ocampo exhortó a romper estos mitos para dar pie a la empatía. “Por ser emocional no voy a dejar de ser menos hombre. Lo mismo ocurre con las prácticas homosexuales”, enfatizó.

Masculinidad como factor de riesgo

La masculinidad tradicional tiene consecuencias negativas en múltiples escenarios. En la política, la apropiación y ejercicio del poder amplía una brecha de género en el sector encargado de la toma de decisiones importantes. Por ejemplo, en el G-20 de 2019, solo había tres mandatarias. De igual manera, solo dos estados (CDMX y Sonora) de nuestro país son gobernados por mujeres.

Sobre el control de las emociones y afectividad, el académico señaló el impacto negativo en el pensamiento racional y lógico. “Las relaciones entre hombres pueden llegar a ser muy brutas, dejando de lado los sentimientos”, advirtió.

Como consecuencia, explicó, los hombres sienten mayor confianza con las mujeres para tratar temas relacionados con conflictos personales. Además, la vida sin emociones puede conducir a enfermedades mentales y, ultimadamente, suicidio. Por tanto, “la masculinidad hegemónica es un factor de riesgo para mujeres, hombres y nosotros mismos”.

Ocampo Bernasconi concluyó enfatizando que los hombres no somos malos por naturaleza. “Si hay hombres que pueden ser cariñosos y empáticos, todos podemos ser parte de ello”. Invitó a fortalecer la masculinidad igualitaria con énfasis en la empatía y los sentimientos por el bien de todas y todos.

Jornada por el 9 de marzo

El día transcurrió con una serie de actividades pensadas en la comunidad masculina de la Ibero Puebla. Quetzalcóatl Hernández, académico de Ciencias de la Salud, encabezó el taller Masculinidades en deconstrucción y el cuidado de la casa común, un ejercicio de acciones y propuestas con el concepto inculcado por el Papa Francisco como eje rector.

De igual manera, se llevaron a cabo los talleres Deconstrucción de masculinidades y Mirando nuestra masculinidad, impartidos por Octavio Contreras Hernández y el Lic. Daniel Soto Mendoza, respectivamente, así como diversos conversatorios organizados por los departamentos académicos, muestras de producciones audiovisuales y representaciones teatrales organizadas por estudiantes.

Las clases se desarrollaron en los horarios habituales, en todas las cuales se destinó el tiempo a la realización de una dinámica de reflexión, análisis y diálogo a partir de la proyección del documental Nosotras: cortometraje sobre feminicidios en México.

Igualmente, se plantearon preguntas que interpelaban a los participantes sobre las expresiones de denuncia y hartazgo de las mujeres en nuestro país, así como respecto de las acciones que podemos y debemos adoptar como hombres para prevenir las violencias en todas sus formas y en todos los ámbitos de nuestra vida, especialmente en nuestra universidad.


Fotos: Es Imagen / Daniel Casas

marzo 9, 2020 - 5:45 pm

Por: Staff

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