Independiente de que hay errores naturales por su inexperiencia en el actual Ayuntamiento de Puebla, es claro que hay una campaña negra contra la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, pues todos los días, a todas horas, algo nuevo es usado para ir contra su imagen.
¿De parte de quién? Es la pregunta. Reapareció el líder sindical Israel Pacheco Velázquez y mandó a un grupo de sindicalizados a hacerle la vida imposible a la presidenta. El jueves de la semana pasada, Rivera decidió confrontar a los inconformes que están en huelga a la entrada del Palacio Municipal.
Claudia Rivera salía de una reunión de seguridad cuando apareció Javier Palou, Ollín Rivera y René Sánchez. Intercambió unas palabras con Palou, su principal operador político, y bajó en el elevador, salió de Palacio y ella personalmente los encaró. Obviamente no llegó a nada porque los inconformes traen línea para decir a todo que no y no aceptar nada.
Su función es dañar la imagen de la alcadesa, hacerla ver como intolerante e intransigente, sacarla de sus casillas hasta que cometa un error y los sindicalizados de Israel Pacheco queden como víctimas y Rivera como la villana del cuento.
No es la primera vez que Pacheco juega ese papel. Como líder sindical en tiempos de Mario Marín lo impulsaron y fortalecieron económicamente, posteriormente cuando Luis Paredes gobernaba la ciudad, el sindicato quiso medir a los panistas.
Recuerdan cuando tomaron las oficinas de la Secretaría de Gobernación municipal que se ubicaban en el segundo piso del Vips de la 2 Oriente y 2 Norte. Habían llegado un grupo de granaderos de la municipal para desalojarlos y sacar a Israel Pacheco del lugar, pero el líder gremial puso de carne de cañón a un grupo de ancianos para que los uniformados no los atacaran, no obstante, el operativo se salió de control porque un grupo de reporteros y fotógrafos se liaron a golpes con los policías.
El alcalde Paredes perdió los estribos y mandó un helicóptero y al grupo canino a meterle susto a los reporteros y fotoperiodistas. Terminó la escena con la declaración de Paredes contra la prensa: “tienen la piel muy delgadita”. Y ahí quien perdió al final fue Paredes, porque los policías atacaron a la “prensa” y los sindicalizados se escudaron en ello y se hicieron las víctimas. Se olvidó que usaron a los de la tercera edad como carne de cañón.
Ese ejemplo es lo que quiere hacer ahora Pacheco contra la alcaldesa, repetir la estrategia, sacarla de sus casillas. Ayer se publicó un video del periódico Intolerancia en el que los supuestos trabajadores despedidos se acercan a hablar con Rivera Vivanco y ella en un punto los ignora. No estoy criticando al medio de comunicación, sino es poner en evidencia la estrategia de los sindicalizados.
En Puebla todos sabemos quién es Israel Pacheco y hasta por qué fue encarcelado.
¿Quién está detrás de Israel Pacheco? Hay quien apunta que es fuego amigo de Morena y hay quien asegura que es el ala del marinismo infiltrado en el partido de López Obrador.
No se trata de justificar los errores del municipio, que claro que hay y existen, pero Rivera Vivanco no es la villana del cuento. Ella desde campaña se sacudió a varios personajes dentro de Morena que quisieron mangonearla y controlarla.
Cuando ganó la Presidencia Municipal pasaron dos cosas: generó envidia entre sus correligionarios que no la veían sentada en el llamado Palacio de Charly Hall y pensaron que sería la candidata natural en el 2024 a la gubernatura, además de que trataron de imponerle cuotas en diferentes Secretarías y tanto ella como su grupo se negaron a aceptar las imposiciones.
Los ataques fueron enviados desde del Congreso del Estado, de su partido, de una parte de la prensa, de los sindicalizados. Se molestaron aún más sus correligionarios cuando supieron que uno de los respaldos que tiene la alcaldesa es de César Yáñez y su esposa Dulce Sánchez.
Pensaron que la iban a doblar y no ocurrió.
El objetivo es derribar a Rivera Vivanco, como francotiradores montados en diferentes puntos del zócalo para ponerla blandengue, debilitarla y obligarla a que pacte con los grupos.
La pregunta es: ¿lo lograrán?
Y uno sigue pensando, a todo esto: ¿de parte de quién?
Foto: Es Imagen / Jafet Moz
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