La ocasión del 30 de abril amerita poder traer este tema al discurso “las niñas” pero no solo desde las palabras o regalos o dulces o paseos, también desde la conciencia, recordando el contraste e incongruencia que vivimos en México, ocasionada por las pocas acciones y desinterés por mejorar el entorno de quien hoy deseamos tengan un feliz día.

Desde pequeña he aprendido y experimentado que lo que deja huella son los hechos y el ejemplo que nos dan las y los adultos, esto será el reflejo de lo que somos al crecer. Sin embargo, hoy nos colocamos ante un mundo desbastado lleno de violencia en donde crecen niñas y niños rodeados de inseguridades, miedos y ejemplos desoladores.

A menudo no nos damos cuenta que tratamos a la niñez de manera diferente y desigual, no ponemos atención en el ejemplo que damos, etiquetamos a las niñas y niños con colores, roles, personajes que limitan sus sueños y decisiones. Por tanto, poner atención en la forma en como estamos visualizando a las y los niños es importante, así como la información compartida y la forma que lo hacemos con ellas y ellos es relevante para su crecimiento y autoestima.

Hay que hablar de igualdad de género desde que nacen, no limitemos sus formas de expresión, sentimientos, rompamos la trasmisión de estereotipos y roles de género, incentivando su participación y forma de pensar e imaginar sin límites. Así mismo, compartir de manera equitativa trabajos y actividades igualmente interesantes e importantes para las niñas y niños.

Las cifras son alarmantes según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran una lamentable realidad para niñas y niños en nuestro país, ya México ocupa el penoso primer lugar a nivel mundial en abuso infantil y embarazos en mujeres de 15 a 19 años.

Con estos datos duros, empoderar a las niñas es clave para que desde pequeñas manejen sus emociones e incentiven el creer en ellas para fortalecer sus habilidades, también hay que animarlas a elegir sus juguetes de acuerdo a sus gustos y libre decisión.

El concepto de empoderar a las niñas deriva de apoyar para garantizar que se satisfagan sus necesidades básicas, en las que se enfrentan con la desigualdad en esferas como la salud y la educación, con la consciencia que sufren violencia y pobreza en mayor medida que los hombres, esto incluye ayudar a las niñas a desarrollar confianza en sí mismas y hacer oír sus voces para recobrar su huella en la historia del mundo de ahora en adelante.

Según las Naciones Unidas, el empoderamiento de las niñas incluye cinco componentes:
• Su sentido de autoestima
• Su derecho a tener y elegir opciones
• Su derecho al acceso a oportunidades y recursos
• Su derecho a controlar sus propias vidas, tanto dentro como fuera del hogar
• Su capacidad de influir en la dirección del cambio social para lograr un orden social y económico más justo, a nivel nacional e internacional

Las huellas en nuestra vida las tenemos grabadas en los recuerdos de la infancia, mismas que determinan nuestro rumbo, según mí experiencia. Cada vez que voy a la psicóloga siempre llegan a mis esos recuerdos que forjaron parte de mi destino y que se encuentran ahí en el baúl cuando era pequeña.

Debemos reflexionar la forma y el interés que ponemos a la construcción de entornos sanos y seguros para la niñez. No solo es una responsabilidad que corresponde a las madres y padres, sino también de toda la sociedad para que verdaderamente este futuro que se vislumbra sea mejorado con espacios de desarrollo y crecimiento para las infancias con la plena confianza de poder decir desde el corazón “Feliz día de la niña y el niño” hoy y siempre.

Les invito a que hagamos este ejercicio para poder concientizar la contribución que podemos dejar si comenzamos a generar acciones positivas, así como trabajar de manera constante a favor de un mundo más digno y justo que incentive mejores experiencias y un gran ejemplo a las niñas y niños como seres humanos, en donde las heroínas y los héroes en sus vidas sean ellas y ellos mismos.

Gaby Bazán @gabypbazan
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