Seguimos cumpliendo con nuestra obligación de generar, de la mano con la ciudadanía, nuevas soluciones para el día a día de las Colonias. El fin de semana recorrimos la Colonia Ignacio Mariscal para escuchar y atender peticiones, entregar apoyos, así como proponer acciones claras para brindar soluciones concretas.
En medio de la conversación sucedió un lamentable hecho: la Señora Mari tuvo una complicación de salud, que derivó en un episodio de asma, y posteriormente, evolucionó a una convulsión epiléptica. Esta crisis de salud nos obligó a la acción inmediata. Hace poco que volví a retomar los conocimientos sobre primeros auxilios con los amigos de Cruz Roja y, con la ayuda de vecinos, generamos los procedimientos necesarios para estabilizarla. Gracias a la voz de Dionisio su hijo, poco a poco logramos restaurar la calma. Al final del trágico suceso, nos tomamos de la mano y oramos en familia para bendecirla. Entramos en comunión con el creador y nos encomendamos.
Recordarán que vengo de una familia de médicos militares, el cual me inculcaron valores humanistas, pero sobre todo, a actuar súbitamente en medio de una emergencia.
¿Cuál fue la lección? La importancia de que estas medidas sean plenamente difundidas en la ciudadanía para que la integridad y salud de las personas pueda ser debidamente resguardada. Doña Mari se encuentra bien y estable en su casa, pero es importante que este hecho se convierta en un llamado para que todas las personas con responsabilidades públicas difundamos, en la medida de nuestras competencias, la educación sobre primeros auxilios.
Como siempre, las experiencias adquiridas en cada una de las Colonias servirán para integrar propuestas legislativas que busquen mejorar la vida de las familias poblanas: éste es nuestro objetivo.