El PAN se complica su existencia: Eduardo Rivera Pérez sigue en la delantera. Es el puntero en todos los cruces como el abanderado ideal para la alcaldía en el 2021 y los grupos internos aún no logran ponerse de acuerdo.

Está la dirigente estatal Genoveva Huerta Villegas que quiere esa posición. Está el grupo de Eduardo Alcántara que es cercano a Fernando Manzanilla que se niega a sumarse al ex alcalde poblano porque quieren las diputaciones locales para trabajar en el proyecto del diputado del PES en el 2024.

También están los que quieren los primeros lugares en las regidurías, por si llegara a ganar Morena, están los que se sienten decepcionados con su partido porque nunca obtienen nada. Están algunos morenovallistas que ya sintieron que es vivir fuera del presupuesto.

Y, por otro lado, los que dicen que si quieren a Lalo Rivera pero saben que en las negociaciones si no hacen presión no van a obtener nada.

Total que es un verdadero desmadre porque no saben a quién invertirle su capital y temen ser traicionados. El problema de fondo es que los albiazules ya no les interesa triunfar, lo que buscan es un hueso que les dure tres años, salden sus tarjetas de crédito, tengan para vivir en medio de la crisis económica y sanitaria.

Por eso no es una buena oposición Acción Nacional porque el proyecto es pagar sus adeudos, mantener un estilo de vida en Lomas de Angelópolis y poder pasear con la carriola a sus niños y poder ir a misa los domingos y no ser criticados por sus compañeros de la derecha poblana: “ya viste, trae el mismo pantalón arrugado desde la semana pasada”. “Ay, ya supiste que le quitaron la casa porque no la pudo pagar”.

Ese es todo el trasfondo en el PAN, es como la canción infantil Aserrín aserrán: “quieren pan y no les dan, quieren hueso y se les atora en el pescuezo”. Vaya dilema que se enfrentan: invertir para perder o sumarse para que les toque al menos unas patitas de pollo con salsa valentina.

Si el proyecto fuera ganar y recuperar el poder que perdieron en el 2018, entonces, su apuesta no sería el dinero.

La última encuesta presentada por la Revista Campaings and Elections pone por encima de todos a Eduardo Rivera. No sale mal evaluado Gabriel Biestro, por cierto y hay que destacarlo porque cada vez tiene más adeptos y sobre todo tiene la amistad y la confianza de quien debe tenerla en el estado.

Los analistas como Víctor Manuel Reynoso declaró al portal de noticias e-consulta que Morena va a picada porque la reacción social es de decepción. La gente ya distingue que una cosa es Andrés Manuel López Obrador y otra el Movimiento de Regeneración Nacional. La gente percibe que Morena es lo mismo que el PRI pero como el comercial del doctor Simi es más barato.

Marko Cortez está más preocupado por su reelección que por lo que pase en el país de los camotes y los borrachitos (la Angelópolis). Él se sienta con todos los actores poblanos, se toma fotos, les dice que sí a todo pero no les dice cuándo. Quizá porque terminó muy decepcionado con lo ocurrido en el 2019 cuando se eligió al gobernador interino y cuando se designó a Enrique Cárdenas candidato a la gubernatura. Quizá porque ya sabe que los poblanos somos más complicados que un problema de trigonometría o un examen de cálculo diferencial.

Sea lo que sea. Sino se ponen de acuerdo pueden perder porque los sectores del dinero si no ven algo en concreto se apostarán por la línea. Porque la única línea es que sí hay línea.

Lo que sí es clarísimo es que si no hay una alianza con Acción Nacional, los presuntos aliados como MC u otras fuerzas políticas llamados partidos bonsai tendrán que desaparecer pues no representan ni a una colonia.

El PAN es el puntero pero ya ocurrió que estando hasta arriba en las preferencias perdieran, remember Antonio Sánchez Díaz de Rivera.

Y no solo por subir fotos en redes sociales hablando de amistad, amor, decretando y quien sabe cuánta pendejada más que se puso de moda en twitter e Instagram ganen. Nadie cree en los políticos que usan frases de piolines y de abuelitas.

Ya maduren.

Esto es poder.

No es un compendio de frases de Cohello.