Vaya, vaya, Tacubaya.
En el PAN poblano estaban bien hasta antes en la pandemia pero a medida que se acerca el 2021 los números se ponen cada vez peores y preguntarán ¿por qué o por quién?
Pues porque Genoveva Huerta la líder de ese partido ha hecho todo para dividir a sus correligionarios.
Nota al margen: criticar a la lideresa de ese partido no es violencia de género porque no nos estamos metiendo ni con su físico, ni con el hecho de ser mujer, ni con su vida privada, no como ella sí se ha referido y burlado del gobernador Barbosa. En fin, qué se puede esperar de alguien que solo recibe órdenes de Eukid Castañón y dicen que hasta de Fernando Manzanilla.
La misión de Genoveva Huerta es dinamitar el PAN, quedarse en la diputación local como coordinadora, meter a un nuevo secretario general para que este asuma la dirigencia estatal y que siga -dicen los propios panistas- Manzanilla controlando no solo su partido sino el Congreso del estado, pues piensan sembrar candidatos por varios partidos y de ahí hacer un gobierno de “coalición”, la mentira más grande porque regresaríamos a un viejo PRI cuando no tenía nada de oposición, pero esa perversión política es para platicarla más adelante.
Lo que no entiende Genoveva es que hay liderazgos que aún pesan en su partido y entre ellos hay personajes como Humberto Aguilar Coronado quien aunque se ha retirado mucho de la política aldeana tiene mucho impacto mediático. Aguilar no solo se mueve en las filas nacionales de su partido y es cercano a Marko Cortez o a Ricardo Anaya, Aguilar cuenta con la suficiente experiencia legislativa para dar buenos debates y subir el nivel de la política.
A poco ya se olvidaron que participó en la mesa de Chapultepec en 1996, fue subsecretario de asuntos legislativos en Gobernación federal con Fox, fue delegado nacional del PAN y funcionario estatal en Jalisco.
Así como Humberto Aguilar están personajes como Eduardo Rivera y muchísimos más que no se creen el discurso de los políticos morenovallistas quienes presumen sus piernas flacas y llenas de pelos en Instagram con sus libros y frases de autosuperación.
El problema es que la necedad (eso tampoco es violencia de género) de la señora Huerta (decirle señora no es atacarla por ser mujer) está llevando a una crisis a su partido que será aprovechada por personajes que cada vez más están creciendo aunque digan lo contrario como un Gabriel Biestro.
Biestro les caiga o no bien, cada vez más aparece en las encuestas y es aceptado por empresarios y líderes vecinales. El actual líder del Congreso ha ido construyendo poco a poco su nombre y ya los taxistas y hasta los choferes de Uber ya lo ubican.
Sin entrar con filias y fobias -este reportero confiesa que no se lleva muy bien con el mencionado- es una realidad que cada vez va subiendo en las preferencias y si la señora Huerta continúa dinamitando a su partido, no se espanten porque Morena mantenga la alcaldía de Puebla y hasta la mayoría del poder Legislativo.
La realidad se impone y si los panistas no dan un golpe en la mesa y convocan a los verdaderos líderes y solo se apuestan por el descontento contra López Obrador se pueden llevar una sorpresa. La gente sigue apoyando al líder nato de ese movimiento que gobierna y si no se ponen de acuerdo y escuchan a su militancia en el panismo poblano sufrirán las consecuencias.
Es cuanto… allá ellos y sus malas decisiones.
Foto: Es Imagen / Archivo
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