Quien se anda poniendo vivo es el diputado federal por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) del distrito 9, con cabecera en la capital poblana Guillermo Aréchiga Santamaría.
Algunos vecinos se quejan de que quiere apoderarse de un predio en la junta auxiliar, Ignacio Romero Vargas, que se utiliza para las representaciones de la Pasión de Cristo, en Semana Santa.
El legislador asegura que el terreno es del pueblo, por aquello de los “usos y costumbres”.
Sin embargo, la superficie pertenece a particulares, según consta en documentos oficiales.
Ahora los propietarios están no solo peleando jurídicamente, sino contra el mismo pueblo.
De este modo, el exlíder sindical es acusado de andar anda azuzando a la gente de Pueblo Nuevo, con el argumento de evitar que un grupo de familias queden “desamparadas”.
Dichas familias son las únicos que cobran los espacios para los juegos mecánicos, puestos y demás permisos, cuyos ingresos no llegan a las arcas de la junta auxiliar, dicen los quejosos.
Incluso, dan una lista de los beneficiados:
Yadira Yesheskel, Trinidad, Eladio Téllez Morales, Andrés Vera Sánchez y Manuel Tapia Blancas, Lucio Cortes Martínez, Benjamín Morales Torres, Gabriel Cordero (quienes defienden el predio con uñas y dientes).
Asimismo, señalan a Armando Ortiz Hernández, quien se hace llamar el “Representante del Pueblo”, además de que se ostenta como abogado y anda diciendo que quiere por lo menos 6 millones de pesos, para poder “convencer” a los rijosos de dejar a un lado el negocio familiar.
Lo delicado del tema es que se afirma que Benjamín Morales Torres y Gabriel Cordero, están más que anotados ser candidatos a presidente auxiliar con respaldo de Morena y del propio Aréchiga Santamaría.
El tema es estrictamente legal, pero los inconformes andan de aprovechados de la influencia política de Morena.
Será un tema que crecerá conforme se acerquen las elecciones en las juntas auxiliares.
Tiempo al tiempo.
La denuncia vs Israel
Al parecer, finalmente el regreso de Israel Pacheco fue desactivado, luego de que se salió del huacal como acostumbra y todo porque podría haber una denuncia en su contra por malversación de fondos.
En los corrillos políticos se dice que el exsecretario sindical del ayuntamiento, quien estuvo en prisión más de cuatro años, salió para mover el tapete al actual ayuntamiento de Puebla.
Se decía que la salida, días antes de que tomara el cargo de alcaldesa, Claudia Rivera Vivanco, obedeció a una estrategia del morenovallismo; incluso, apoyada por el dogerismo.
Pero luego de que al parecer desobedeció a ambas corrientes -como acostumbra- fue dejado solo, pero casi inmediatamente fue acogido por otra línea: La de José Juan Espinosa.
Todo para tratar de debilitar a su correligionaria en una especie de fuego amigo, en venganza por el supuesto acercamiento al morenovallismo.
Pero finalmente nada salió bien a Israel, quien hace unos días recibió la notificación oficial de que sus derechos laborales culminaron, además de que tiene en contra dos procesos, uno por malversación de fondos del sindicato.
Todo porque perdió sus derechos laborales, por abandono de trabajo, cuando fue detenido hace más de cuatro años, lo que no notificó oficialmente al sindicato.
Se dice que ahora Israel deberá responder por 2 millones 400 mil pesos por presunta malversación de recursos que le otorgó el ayuntamiento para la compra de uniformes y herramientas a su personal.
Simplemente al parecer nunca se hicieron esas compras.
Por lo mismo, ahora se prepara una denuncia penal en su contra.