En casa con los monstruos de del Toro

Guillermo del Toro Gómez nació en Guadalajara, Jalisco el 9 de octubre de 1964. A lo largo de su vida ha coleccionado miedos, monstruos, confidentes y chucherías que han logrado formar una colección bastante impresionante de objetos fascinantes.

Del Toro ha sido lo suficientemente generoso para compartir por única vez más de 900 de sus objetos más preciados.

“En casa con mis monstruos” es una exhibición que inició en el mes de junio y finalizará el 27 de octubre en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.

Una exposición que no tiene desperdicio seas o no seas fan de del Toro.

El MUSA dividió dos de las plantas de su edificio en ocho salas que fueron curadas por el director de arte Eugenio Caballero, ganador del premio Oscar por El Laberinto del Fauno.

En el texto que da la bienvenida a la exhibición, escritor por Caballero, viene una frase de Guillermo del Toro que dice: “Si quieres conocer qué pasa dentro de mi cabeza, ven a visitar mi casa”… y es muy cierto.

Del Toro se desnuda, prácticamente con esta colección de objetos que forman parte de su vida, desde su niñez hasta su trabajo más reciente.

Comparte historias de sus propios miedos, de cómo cuando era niño decidió hacer un pacto con los monstruos que habitaban en su casa prometiendo ser su amigo si lo dejaban ir al baño para no hacerse pipí en la cama.

Sin lugar a dudas, del Toro le ha invertido a su colección. Hay cientos de miles de dólares en estas piezas. Una colección preciada por el valor de los objetos pero más valorada por el propio Guillermo.

Piezas únicas e irrepetibles como arte conceptual de las versiones de Disney de La bella durmiente, Pinocho y Cenicienta. Cartas firmadas por MikaZakiHayao, una litografía de José Clemente Orozco, dibujos originales de Mike Mignola, vestuario y utilería de sus películas, una sala dedicada a una de sus mayores pasiones: Frankestein.

Gracias a esta exhibición podemos ver más allá de todos los trabajos que ha realizado Guillermo del Toro en sus películas. De lo detallista que es en cada uno de los elementos que forman parte de su trabajo. De lo importante que son para él las telas que se usan y hasta las veces que sus actores parpadean en una escena… su perfeccionismo es indiscutible.

Mención aparte merecen su devoción a los comics y a la lucha libre. Ambos están representados en esta muestra. Incluso posee un contrato original firmado por Rodolfo Guzmán Huerta (El Santo) con los productores fílmicos Rosas Priego.

Un reconocimiento especial debe ser brindado al Museo de las Artes quienes han realizado una impecable labor en la ejecución de la logística que requiere una muestra de este tamaño. Sus servicios funcionan como reloj, con puntualidad, amabilidad, conocimiento, gentileza y un ritmo cronometrado para hacer el recorrido en dos horas y media.

Queda poco tiempo de esta muestra. Si tiene la oportunidad haga el esfuerzo y visítela. La exhibición no volverá a salir de la casa de Guillermo del Toro. Y tiene, razón, me imagino lo nervioso que estará de tener todas sus cosas prestadas y sin su supervisión diaria.

agosto 29, 2019 - 9:40 pm

Por: Gilberto Brenis

Columnistas

Te recomendamos: