La presencia de Beatriz Gutiérrez Müeller en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla no solo el informe del rector sino el martes pasado es un mensaje que no todos están dispuestos a entender.
La esposa del presidente Obrador quien tiene en Puebla -si se nos permite decirlo- una segunda casa, ha respaldado públicamente al rector Alfonso Esparza Ortiz y viceversa. Situación que algunos sectores políticos aún no quieren observar detenidamente.
Se necesitan tres dedos de frente para entender que si el presidente de la República es de Morena y el gobierno del estado es de izquierda y de esa forma se infiere el saber cómo y por qué llegaron quienes llegaron a gobernar.
Por eso es algo que aún no cuadra la acción del nuevo Auditor Superior del estado, Francisco Romero Serrano, al iniciar una serie de revisiones a las cuentas públicas de la máxima casa de estudios de la entidad.
Pareciera -y subrayamos la palabra pareciera- que el nuevo auditor actúa con la línea de la venganza y el garrote político. Algo que creíamos que se había acabado con la llegada de los nuevos gobiernos.
Lo malo es que dice el clásico que “en política lo que parece es”. Romero Serrano ha iniciado con el pie izquierdo: mandó mensajes que en vez de generar paz quiere provocar tensión.
¿La razón legal le asiste? Seguramente sí, pero políticamente su actitud pareciera -insistimos en la palabra pareciera- es más de revanchismo y protagonismo que de un actor técnico que lo que debe hacer es más entregar estudios y análisis. Los diputados son quienes aderezan ya la parte política a los dictámenes que él entregue.
Cada quien tiene su forma personal de actuar, pero un auditor -como bien lo escribió ayer el periodista Ricardo Morales- es solo de estudiar y presentar errores más que de buscar las cámaras y los reflectores, puesto que ese papel ya le toca a la Comisión Inspectora del Poder Legislativo local.
Ahora si va a actuar políticamente, Francisco Romero Serrano debería observar el respaldo que ha tenido Alfonso Esparza por parte de la esposa del presidente López Obrador. Beatriz Gutiérrez no es un personaje menor en la cuarta transformación puesto que como escribimos líneas arriba en política “lo que parece es”.
¿Qué persigue el auditor? No lo sabemos pero todo apunta a un protagonismo político más que un trabajo técnico. ¿Es válido que audite a las instituciones públicas? Sí, siempre y cuando no sea una venganza porque en alguna ocasión no lo vieron bien en el Colegio de Contadores Públicos.
Allá él y sus “sabias” acciones y decisiones.
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