La variedad de patrones y de resultados ocurridos en las pasadas elecciones en las que se eligieron 6 nuevos gobernadores, nos ofrece un panorama de lo que podría ocurrir en las elecciones presidenciales del 2024. Encuentro 4 modelos de probables desenlaces electorales que pretendo analizar con usted, amable lectora, lector.
1. MORENA arrasa todo
Oaxaca y Quintana Roo son los representantes de este escenario que se distingue por una oposición fragmentada, gobernadores en funciones entregados al interés del régimen federal, muy baja participación ciudadana en las elecciones, movilización de estructuras y compra de votos. Todo ello resulta en un triunfo de MORENA por amplio margen que se le puede adjudicar a las estructuras de beneficiarios de programas sociales, como acertadamente se documenta en la encuesta de salida de El Financiero.
2. La oposición gana por amplia ventaja
Durango y Aguascalientes son emblemáticos de este escenario. Se trata de estados del centro norte del país donde predominan poblaciones urbanas de clase media con tendencias políticas anti MORENA, los famosos aspiracionistas que tanto incomodan a López Obrador. Los gobernadores panistas de ambos estados tienen niveles de aprobación aceptable, las más altas de los 6 estados donde hubo elecciones, y su actuación en las elecciones en ningún caso favoreció a MORENA. Los partidos de oposición se presentan unidos y sus candidatos tenían buena imagen, sin antecedentes de corrupción.
3. Una elección competida
Tamaulipas es la muestra de este escenario que se caracteriza por una cerrada competencia entre 2 fuerzas dominantes que compiten palmo a palmo por los votos, la presencia de candidatos fuertes capaces de conectar con votantes independientes, la actuación eficaz de estructuras que movilizan voto duro y un efecto de voto útil que perjudicó a Movimiento Ciudadano a favor del PRIAN.
En el caso de Tamaulipas, el candidato de MORENA siempre mantuvo la intención de voto del 50 por ciento, es decir, a pesar de los ataques de que fue objeto nunca perdió base electoral. Si el régimen anticipa este escenario en 2024, MORENA debería seleccionar a un candidato capaz de conquistar apoyos fuera de los círculos afines al partido, alguien con una proyección social y política independiente. Creo que Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López tendrían dificultades para obtener más del 42 por ciento de los votos y serían vulnerables en una elección competida.
Si la oposición anticipa que puede ganar en este escenario de alta competencia, debería comenzar a trabajar en la construcción de una plataforma política sólida. Las elecciones del 2022 demostraron que las alianzas no entusiasman a los ciudadanos independientes, por esa razón observamos un elevado abstencionismo. Apostar a que la alianza opositora va a obtener votos simplemente porque representa la única alternativa frente al régimen gobernante, puede no resultarle. Tamaulipas demostró que MORENA puede ganar en una elección competida donde vota el 53 por ciento de la lista nominal, nada impide que la participación en 2024 baje a esa proporción y esa disminución permita que el candidato oficial gane por escaso margen. La impronta para la oposición es construir y socializar un discurso que legitime la alianza de tres fuerzas políticas disímbolas e históricamente contradictorias.
4. MORENA destruye al PRI y arrasa
Hidalgo es el prototipo de este escenario. Con la colaboración del gobernador en funciones y de los principales líderes políticos del PRI en ese estado, el candidato de MORENA (un expriísta), convirtió en morenista a la estructura de cacicazgos que por décadas hizo ganar al PRI. En Hidalgo, al igual que en muchas regiones del país, persisten estructuras sociales organizadas en torno a caciques locales quienes se asocian con el poder superior en turno, lo que les permite conservar intactos los límites de su propio poder. Esta es la razón por la cual siempre hay un éxodo de priístas cuando el PRI pierde el poder, es una mera estrategia de sobrevivencia. Esa es la ruta que ha emprendido el oficialismo sin avergonzarse por darles candidaturas a líderes representativos de la corrupción y los abusos que en 2018 juraron combatir. No debería de extrañarnos que un gobernador priísta termine como candidato de MORENA a la presidencia de la República, es una posibilidad que pretendería convertir en realidad este escenario.
Conclusiones
Es muy poco probable que alguna de las fuerzas políticas arrase en el 2024. No hay condiciones en el país que nos permitan imaginar un resultado en el que MORENA o la oposición ganen por amplia ventaja. Tendría que ocurrir una debacle, un cataclismo económico o político que afecte al gobierno o a la oposición.
El escenario de Hidalgo es una posibilidad que el presidente López Obrador ya identificó. Si en futuro cercano observamos un nuevo éxodo de priístas estaría en marcha una estrategia de destrucción del PRI para evitar que contribuya a la alianza opositora con el 18 ó 20 por ciento de los votos. Es una posibilidad remota porque ha quedado demostrado que el PRI si va en alianza con el PAN y el PRD puede competir y ganar cargos locales y federales, mientras que si los priístas se van a MORENA corren el riesgo de perderlo todo.
Movimiento Ciudadano es un factor que juega pero puede afectar tanto a la oposición como a MORENA, todo depende de quién sea su candidato. La tendencia que hemos observado es una tendencia de migración del voto de MORENA hacia Movimiento Ciudadano (caso Nuevo León) y de éste al PRIAN como efecto de voto útil (así pasó en Tamaulipas y Durango). Afectaría gravemente a la alianza opositora solo si el candidato naranja es alguien como Colosio, es decir, una figura disruptiva que parezca ofrecer un cambio. Si el candidato de Movimiento Ciudadano es producto de una escisión de MORENA, por ejemplo Ricardo Monreal, la afectación será para el oficialismo. En caso de que el candidato sea alguno de sus gobernadores, por ejemplo Enrique Alfaro de Jalisco, es probable que Movimiento Ciudadano tenga un bajo porcentaje de votos pero suficiente para hacer perder a la oposición por escaso margen.
En mi opinión el escenario más probable es el de Tamaulipas, una elección competida donde juegan intereses locales, nacionales e internacionales, legales, ilegales y hasta delincuenciales. Las fuerzas se van a entrelazar en una cerrada lucha por los votos donde la estrategia tendrá la última palabra para ganar en las urnas ¿Usted qué opina apreciable lector, lectora?
Foto: Es Imagen
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