Es realizado por la Asociación Telpacayotl originaria de San Francisco Totimehuacán, son un grupo de personas cuya finalidad es rescatar y preservar la cultura, costumbres y tradiciones de su pueblo originario.
La inquietud por estudiar este tema en esta región, surge al descubrir asentamientos de la cultura Olmeca Xicalanca, la cual se compone de ocho montículos piramidales, los cuales hacen que la asociación tenga un compromiso para preservar su cultura.
La asociación tiene bajo su custodia el ex convento franciscano del siglo XVI en el que cual se han realizado talleres de náhuatl, y conferencias arqueológicas, además de la primera feria cultural que enmarco unos murales que narran la historia de San Francisco; incluyendo el descubrimiento de huesos paleontológicos de un mamaut columbus. El concurso de ofrendas involucra a los grupos representativos del lugar y se involucra al sistema educativo de la región. En el 2018 se realizó la primera andanza de muertos.
Tienen 5 años trabajando en dar a conocer y difundir la importancia de su historia y tradiciones, durante ese tiempo cada año realizan el festival del equinoccio de primavera en el que se realiza una danza y ofrenda a la madre tierra, también se hace un concurso de fotografía antigua, y vuelos de papalote, cuyo propósito también es ofrendar al dios del viento papalotl.
Las danzas se realizan en el cerro del Tepalcayotl ya que es un centro energético a nivel de tierra. Durante estos días la tierra entra en un nuevo ciclo, por lo que se realiza una petición de lluvias y fertilidad de la tierra a los cuatro puntos, cuatro direcciones o cuatro vientos, entra la energía del equinoccio de primavera, el viento de oriente llega y la energía solar se intensifica para un nuevo nacer. El equinoccio es acompañado por Tlaloc, a quien se le pide por el néctar sagrado que vienen a fecundar a la tierra. La tierra se honra, la energía sagrada del agua cae en la superficie terrenal. Se realiza por parte de las danzantes un tendido a la madre tierra u ofrenda, mientras se honra con música para despertar a la tierra por parte de los hombres. Se sube a la punta del cerro a las 12:00 hrs, para hacer la petición de permiso para que los guardianes de los cuatro puntos acompañen y no falte la semilla y la cosecha en los hogares de los que ahí habitan.
La intensión de este festival y en específico de esta representación prehispánica es ofrendar aliento de vida con semillas, fruta y flores para la madre tierra, con la finalidad de que con este inicio la tierra sea más fértil y siga produciendo maíz como ejemplo de elementos básico de la alimentación.
Después de cada equinoccio se ofrece comida de origen prehispánico y originaria de la región: tlatlapas, habas, elotes asados, gorditas, alaches, mezcal y pulque. Las tlatlapas son frijoles quebrados acompañados con bolitas de masa y nopales, y se les pone una ramita de cilantro y se acompañan de chile tostado seco o rajas fritas con cebolla.
El evento tiene un programa de tres días donde se realizan talleres explicando la tradición y la elaboración de los papalotes, hay conferencias, exposiciones y el curso de Pedro Cuacuas artesano y primer lugar de concurso de papalotes en el museo de arte popular de la ciudad de México.
Gran labor por parte de la asociación y su representante Rosendo Muñoz a quien agradezco me haya invitado a vivir esta bella tradición y por compartirme de su historia y conocimiento.
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