Fracasar, aprender, mejorar: fórmula para la innovación resiliente

Se conoce como empresa emergente (startup) a toda institución humana diseñada para entregar un producto o servicio nuevo en condiciones de incertidumbre. Se trata de un establecimiento conformado por personas (generalmente jóvenes) con competencias en tecnología. A diferencia de las empresas consolidadas, las startups se caracterizan por su carácter disruptivo al incorporarse a mercados de gama baja, o bien, por crear sus propios mercados.

El valor añadido supone un encarecimiento de productos y servicios. Por ello, las empresas emergentes ofrecen productos de calidad que cumplen con las necesidades básicas de los consumidores. Esto se debe a la falta de tiempo y de recursos económicos que caracteriza a este tipo de proyectos. Lejos de representar una debilidad, esta estrategia comienza a ganar terreno en los mercados emergentes.

Como explicó Marco Antonio Velasco Toledo a la Comunidad Estudiantil del Departamento de Negocios de la Ibero Puebla: “estas pequeñas empresas están venciendo a las grandes que no se han atrevido a romper su modelo de negocios. Su diferenciación está en el cambio de modelo, no en el producto”.

El consultor empresarial rescató el fracaso como una insignia primordial de la innovación: si no se fracasa, dijo, no se aprende. Desde hace 15 años se han utilizado metodologías que cobijan el fracaso y lo utilizan a su favor: tal es el caso del pensamiento de diseño (design thinking), el cual ha permitido la articulación de un proceso de empatía, definición, conceptualización, prototipado y evaluación de bienes y servicios.

Bajo el mantra “muestra, no digas”, el pensamiento de diseño se centra en la reivindicación de las enseñanzas del fracaso para generar aprendizaje y traducirlo en mejorías. Esta perspectiva instaura el paradigma de que el éxito no nace de la espontaneidad, sino del trabajo arduo y persistente.

Otra metodología es la lean startup, la cual contribuye a construir concepciones de fracaso inteligente: “el negocio no va a funcionar a la primera. En negocios, la resiliencia es sinónimo de innovación; es un ciclo que nunca acaba”. Por tal motivo, Velasco Toledo recomendó mantener la calma ante la frustración y explotar las potencialidades de los ejercicios fallidos.

La experimentación de las ideas de negocios ayuda a saber si estas tienen potencial realizable o no. A partir de ella se recolectan los aprendizajes validados del pilotaje de productos, servicios y modelos de negocios, lo que permite saber si la idea debe continuar, modificarse o pivotar hacia nuevos horizontes.

Los fracasos empoderan. Un ejemplo es el caso de Spotify, empresa que tuvo que reinventarse ante la crisis económica mundial derivada de la covid-19. Con ello, consolidó su modelo de negocio dedicado a la producción y distribución de contenidos en formato de podcast, los cuales han tenido un repunte significativo en tiempos de confinamiento y contacto interpersonal reducido.

Como demuestra este caso, ninguna idea es original. Una de las estrategias de resiliencia en los negocios, concluyó el consultor, consiste en la innovación incremental: tomar ideas ya probadas y transformarlas, revitalizarlas o reinterpretarlas para atender a las necesidades de nuevos mercados.

La exposición de Marco Antonio Velasco se llevó a cabo durante el Simposio Primavera 2021 del Departamento de Negocios de la Ibero Puebla: Desarrollo de organizaciones con resiliencia comunitaria, espacio formativo que busca focalizar herramientas y habilidades que los futuros profesionistas necesitarán en el porvenir pospandémico.

abril 6, 2021 - 1:45 pm

Por: Staff

Educación

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