Emilio Maurer Espinosa busca la reelección como diputado local porque ya quebró como empresario y porque cada vez más tiene menos amigos a quien estafar. Su última apuesta fue aliarse con un constructor de apellido Mendívil que resultó todo un fraude al igual que el susodicho Maurer.
El citado Mendívil ha ido perdiendo todos los juicios contra la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y generó un conflicto político donde no lo había. En esa lucha entró Maurer quien suplica porque lo dejen repetir.
Dios los hace y ellos se juntan.
En esa lógica habría que preguntarse ¿Qué ha hecho como diputado Emilio Maurer?
La respuesta es sencilla: nada.
¿Quién no recuerda aquel 1998, cuando Emilio Maurer fue creado por Manuel Bartlett para contrarrestar al PAN e impulsarlo por el PRD? Todo con la finalidad de favorecer a Mario Marín Torres del PRI. Pero como los que entran a Morena se santifican, Maurer ahora puede pasar a la historia oficial de la ignominia, pero con la bendición de Morena.
La historia del marinismo del diputado Maurer no son nuevas. En el 2007, por ejemplo, el ahora morenista pujó para que Ricardo Henaine (el empresario favorito del ex gobernador prófugo de la justicia, Mario Marín Torres) se quedara con la administración del Puebla.
Hace 13 años, el Puebla era propiedad de Paco Bernat, quien cometió el error de nombrar como socio a Emilio Maurer quien se quedó con el 37 por ciento del equipo. Marín quien había sido señalado por la periodista Lidya Cacho por proteger a una red de pederastas que encabezaba Jean Succar Kuri en Cancún. Marín vio en el equipo del Puebla la posibilidad de usar al equipo para recomponer su imagen que ya estaba desgastada.
Fue ahí donde Maurer entró al quite y presionó a la familia Bernat para que entrara Ricardo Henaine, pues de no hacerlo él y sus socios dejarían de aportar dinero a la Franja. Total que con el apoyo de Mario Marín lograron sacar a Bernat, hacerle una campaña de desprestigio a través de la prensa aliada al marinismo y encumbraron a Henaine, quien después fue expulsado y señalado por Rafael Moreno Valle.
Maurer nunca dejó su marinismo y desde su curul, sin amigos y sin patrocinadores trata de gritar para que le hagan caso en sus demandas y no lo dejen en visto, aunque su caso es como el de una acompañante vieja y conocida: ya nadie la quiere sacarla a pasear porque ya engañó a todos.
Es como ese tipo que te pide dinero y que jura que te va a pagar pero resulta que nunca te paga y que siempre hay pretextos para no hacerlo. Ese es Maurer. Nadie le cree y lo que diga ahora es para que le alcance para una conchita, un colorado o una chilindrina que pueda remojar en su café con leche a las siete de la noche mientras ve la Rosa de Guadalupe, porque ya no aporta nada.
Pobres poblanos si decidimos reelegir a personajes de esta calaña que nomás se cambian el dinero de bolsa para sentir que se chingaron a alguien.
Foto: Es Imagen / Archivo
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