Se llama Nicéforo Rodríguez Gaytán y le dicen el Mazoco. Es un ex universitario que intenta al igual que el diputado federal Eudoxio (Dióxido) Morales tomar la BUAP porque ambos se sienten con derechos, aunque ninguno pueda porque ya están jubilados.
Ambos personajes intentan desestabilizar la vida académica e institucional de la máxima casa de estudios porque dicen que como Morena ya llegó al poder les asiste la razón. El diputado federal, por su parte, elabora su estrategia desde la comodidad de su curul y el Mazoco ha iniciado una serie de intrigas palaciegas contra la Rectoría.
En ambos casos, la realidad es que no es un tema de lucha de clases ni para que el proletariado tome las aulas, tampoco buscan los debates ideológicos, todo es mucho más simple: es un ajuste de cuentas porque quieren vivir del presupuesto universitario.
El Mazoco quiere cobrar venganza porque salió por la puerta de servicio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales debido a que ya no hacía nada y por su oscuro pasado de porro.
Además, su segunda molestia consistió en que quiso dejar en su lugar a la politóloga Laura Elizabeth Torres Villegas, quien no pasó su examen de oposición para dar clases en la BUAP. Ella toda amuinada demandó a la casa de estudios y se fue a refugiar a las escuelas de Germán Molina y, obvio, de su padrino Guillermo Nares Rodríguez.
En pocas palabras es puro y vil berrinche del Mazoco.
Esta actitud de Nicéforo Rodríguez Gaytán no es nueva. Sus “luchas universitarias” no fueron ni académicas ni porque tuviera un ataque de bolcheviquismo o porque el camarada Lenin haya invadido su espíritu. La mera verdad es que siempre quiso dinero y poder por eso su pasado como porro desde la Preparatoria Zapata, su incursión en Economía y finalmente su llegada a la Facultad de Derecho.
Cuando entró a la universidad en 1976 a la Preparatoria Emiliano Zapata comenzó a andar armado y amenazando estudiantes. Se afilió al Partido Comunista Mexicano y su trayectoria consistió en vandalismo, agresiones, tomas de casas de universitarios, el asalto a la famosa Casa del Pueblo (a la vuelta del Carolino) y el robo de la imprenta del PCM en donde ahora venden cemitas, sobre la 5 Oriente.
Estudió Economía y desde ese entonces conoció a Guillermo Nares Rodríguez y a César Bermúdez «El Gallo» con quienes años después, en la década de los noventa, se apoderarían de la Facultad de Derecho hasta el 2013 que salieron por piernas todos ellos.
El Mazoco supo y estuvo cercano a los delitos cometidos por un grupo que protegió Guillermo Nares llamado Los Buitres, unos estudiantes oaxaqueños y chiapanecos acusados de asaltos bancarios; también estuvo al tanto del asesinato de un maestro cubano de apellido Torres Pardo que nunca se aclaró y que dicen los que saben que es mejor no rascarle.
El Mazoco era famoso porque llegaba armado a la facultad de Derecho, pues se sabía protegido por Nares y por El Gallo. Para muchos es conocida la historia de venta de lugares, acoso a estudiantes, amenazas y hasta denuncias que existieron por certificados apócrifos desde esa Facultad.
El Mazoco reprimió varios movimientos revolucionarios de académicos que se gestaron dentro de la facultad de Derecho y lo hizo con golpes, amenazas y coacción como el que encabezaron Horacio Gaspar Lima y José Guadalupe Sánchez Jiménez (El Lupillo), quienes pugnaban porque se acabara el control porril dentro del área de sociales de la BUAP.
Una vez que salió de la facultad asesoró junto con Nares y El Gallo a Tony Gali Fayad en el ayuntamiento de Puebla, después se fue a ayudar a Roxana Luna antes y durante su adhesión al morenovallismo y al ver que Morena ganaría la gubernatura se fue a refugiar con su compadre Jorge Méndez Spínola esposo de la regidora Rosa Márquez, padres de David Méndez subsecretario de Gobernación estatal.
Ahora anda armando junto con Dióxido (Eudoxio) Morales, el Suntuap, Ricardo Paredes Solorio, un grupo de jubilados de la BUAP, Luis Ortega Morales y “El Lobo” Rafael Torres Rocha – quien ya regresó de su sospechoso autoexilio- una campaña de intrigas para tomar por asalto la casa de estudios ya que todos ellos añoran a que regrese la confrontación social que se vivió en los años sesenta, setenta y ochenta hasta la caída del entonces rector Samuel Malpica Uribe.
El Mazoco se dedica a hablar a los funcionarios de Morena al oído tratando de convencerlos de sus grillas, criticando a periodistas que presentan libros -luego les cuento qué anda diciendo y sobre quien. Últimamente presume a cualquiera que se tope con él que él es el “gran asesor e ideólogo” del poder actual.
No se confundan, en el fondo de estas intrigas no es una lucha ideológica es una demanda monetaria, porque como dice Sánchez Discépolo: el que no chilla no mama.
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