Poco se habla de las y los adultos mayores y sus vulnerabilidades, pareciera que el tiempo va borrando las condiciones que se adquieren al momento de crecer. Sin embrago aspiramos a vivir muchos años cada cumpleaños sin vislumbrar que de lograrlo llegaremos a esa etapa llena.
De acuerdo al INAMPAM en 1982 se decretó a conmemorar el mes de agosto como mes de la vejez y en México se determina el 28 de agosto como el día de la abuela y el abuelo. Nace para recordar la noble labor familiar y la importancia de estas figuras para la familia. Son la más grande influencia de la niñez y las juventudes después de la madre y el padre, en su mayoría impulsan los valores en la sociedad.
Irónicamente en nuestra sociedad el envejecimiento está cargado de cuestiones negativas llenas de prejuicios por edad, apariencia y género ocasionando rechazo y maltrato en sus entornos, enfrentándose a sufrimientos y múltiples discriminaciones.
Por lo tanto, en esta etapa se les considera individuos vulnerables por sus condiciones biológicas y sociales, por vivir situaciones de riesgo determinadas por la carencia de recursos personales, económicos, del entorno familiar, comunitarios y de acceso a las políticas de protección de los gobiernos.
Algunas de las dificultades que se adquieren en esta etapa de la vida son las morbilidades que enfrentan como las crónicas no trasmisibles efecto de los hábitos y costumbres que se conservan desde la niñez. Los gastos de sus crecientes enfermedades, su situación se complica día con día, al igual que su salud física y emocional disminuyendo su autonomía personal con riesgo de sufrir maltrato.
Tienen más dificultades para denunciar y pedir ayuda si son víctimas de violencia, a veces no la identifican por sufrirla tantos años derivado en gran medida de la dependencia económica por las pocas oportunidades en el mercado laboral, aislamientos sociales y el miedo de romper vínculos familiares.
Si realmente celebras este día a las personas adultas mayores debes asegurarte que estás apoyando a construir las condiciones para que sus derechos humanos puedan ser una realidad en nuestra sociedad procurando cuidarles y ateniéndoles, de no hacerlo difícilmente mejoraran nuestras condiciones en esta etapa de la vida.
Recordemos que estos derechos están enfocados principalmente a:
• A la integridad, dignidad y de preferencia a recibir protección y acceso a una vida de calidad,
• A la certeza jurídica. Recibir un trato digno y apropiado,
• A la salud, la alimentación y la familia para su atención integral,
• Las personas mayores tienen el derecho a la educación preferente de recibirla, con información a el tema de envejecimiento,
• Al acceso al trabajo o de otras opciones que les permitan un ingreso propio,
• A la asistencia social en caso de desempleo, discapacidad o pérdida de los medios de subsistencia,
• A la participación de intervenir en la formulación de propuestas y toma de decisiones que afecten directamente su bienestar y formar parte de los órganos de representación y consulta ciudadana,
• De la denuncia popular ante cualquier transgresión a los derechos humanos de las personas mayores,
• De acceso a los servicios a recibir atención preferente en establecimientos públicos y privados que lo ofrezcan,
Para dejar una huella en este mundo debemos de aprender a visibilizar las formas en que podemos sumar a mejorar las condiciones de todas y todos en cualquier etapa con miras al fin que aspiramos para vivir muchos años más y llegar a la tercera edad.
Esta edad está llena de experiencia y valores que merecen ser escuchados y respetados. Procura y quiere a tus seres queridos que viven este momento que siempre recordarás como parte de tus grandes enseñanzas. Dejemos huella en cada etapa de nuestra vida con el mismo valor y construyendo a favor de la tercera edad.
Foto: Es Imagen / Archivo
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