Dicen que no se enfermó, que lo enfermaron.
Dicen que no le robaron que fue un autorobo.
Dicen que su apuesta política no fue un gol sino un autogol.
Que lo mandaron a descansar porque ya era muy evidente su movilización electoral con colores que a nadie le conviene que los mezclen.
Que además se asoció con algún presunto empresario que se dice presunto inocente y que hace presuntas obras de caridad en las vísperas de las elecciones federales y locales (esas no son presuntas, son de a devis´).
Total, que no le sale nada bien a aquel que se presume como el operador de operadores, aunque se sienta un Roger Stone de la política aldeana.
Y para rematar esta idea, habría que recitarle al sujeto: “dicen que no dormía nomás se le iba en puro llorar, dicen que por las noches nomás se le iba en puro tomar…”
Eric Cotoñeto cometió un error dentro de Morena.
¿Quién sabe quién le vendió la brillante idea de que no habría que apoyar a quien va subiendo en las encuestas (Gabriel Biestro)? y mejor se fue a apoyar a “otros personajes” que no tienen nada qué hacer en la contienda que se avecina.
Quizá fue un tema de envidia porque Cotoñeto se siente el verdadero Roger Stone, ya que ha acompañado al actual proyecto político desde finales de los años noventa: se la jugó cuando los amenazó Rafael Moreno Valle y el entonces secretario de Gobernación Luis Maldonado. Y porque no entiende cómo es que el líder del Congreso del estado ha subido en los cariños y confianzas del mandatario estatal.
Para entender la forma personal de gobernar de Miguel Barbosa hay que pensar que algo que valora el mandatario es la lealtad. Quizá sea la virtud que más reconozca en la gente y si ve que alguien no le corresponde o de pronto le lleva las contras, le manda los correspondientes mensajes para que no se salgan de su corral.
Biestro sí ha ido creciendo en este tiempo es que desde 2018 se apostó con todo por Miguel Barbosa, se la jugó cuando la elección de junio que -presuntamente- le robaron para favorecer a Martha Erika Alonso. Se distanció con la alcaldesa de Puebla y en todo se la ha jugado a favor del mandatario.
Qué paradoja: los enemigos de Gabriel Biestro son los que indirectamente le hacen la campaña de a gratis para la candidatura de Puebla. Todos los días se la pasan subiendo tuits diciendo: “no, Biestro no está arriba en las encuestas”. “No, nadie lo conoce”. “No, no le gana a nadie”. Y cada que lo mencionan cada que le hacen la campaña gratis.
De ser cierto que no está bien posicionado ¿para qué hacerle la guerra sucia? Cuando alguien va hasta abajo o tiene pocas posibilidades de triunfar por lo regular ni se menciona ni se gasta tinta ni se desgasta en hablar de él. Los perdedores siempre estarán en las puertas del olvido.
Por eso, cada que lea que a Biestro “no le alcanza”, le recomiendo que frunza el ceño, lea el autor o autores de tan profundo análisis y pregúntese (sin verbalizar, hágalo mentalmente porque los que estén a su lado pensarán que está loco y eso ni lo mande Dios) ¿de parte de quién? Una vez respondida esa pregunta ahora cuestiónese lo siguiente: ¿Cómo para qué o de qué se trata? Ya respondido siga leyendo su timeline o cámbiese a ver unos tick tocks o una receta de cocina en Youtube
Biestro va ganando terreno en Morena y en la ciudad y eso ha provocado muchas envidias dentro y fuera de su partido. Ha generado malestar porque muchos no han sabido ganárselo. Biestro no está descartado. Tampoco puedo asegurar que él será el abanderado, yo no hago futurismos y la verdad es que desconozco que opinen en el Olimpo de la política local.
Pero lo que sí se puede ver es que no hay que descartar porque los que lo critican son sus principales impulsores y que ir en contra de los proyectos estatales puede uno terminar cantando Cucurrucucú paloma.
Foto: Es Imagen / Archivo
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