La ruta ciudadana: estar del lado correcto

México atraviesa por momentos complejos en la política, la economía y lo social. Desde 1997, cuando el partido hegemónico perdió la mayoría parlamentaria, la ciudadanía ha podido contrastar proyectos, ideas y propuestas en condiciones de pluralidad. La propia Presidencia de la República ha sido ocupada por tres partidos políticos distintos y, actualmente, el Congreso de la Unión cuenta con representación de 8 fuerzas políticas, mientas que el Congreso del Estado cuenta con 10.

​Sin embargo, las instituciones públicas se encuentran constantemente cuestionadas, tanto por las investigaciones que se han realizado, como por sus resultados y su desempeño. Una encuesta de El Universal, realizada en 2019, detalla que las instituciones privadas como la familia cuentan con el 87.3%: la ciudadanía cree en la ciudadanía, no en los vehículos electorales.

​Otro ejercicio estadístico útil es el de la encuestadora Mitofsky, que publicó su estudio “México: confianza en instituciones 2019”: las universidades cuentan con la mayor calificación (7.3). De nuevo: el ámbito privado supera por mucho a lo público.

​¿Existe una explicación razonable para esto? Sin duda. Se trata de un sinfín de prácticas y dinámicas que han lastimado la confianza ciudadana y que, pese a las mediciones, no han ocasionado cambios drásticos en buena parte de quienes hacen política.

​En Puebla seguimos viendo a aspirantes políticos buscando candidaturas con acuerdos de las cúpulas, comprando voluntades y repartiendo puestos sin tenerlos. A algunos los vemos en videos, pero no en las calles. En plena emergencia sanitaria, hubo quien sigue prefiriendo guardarse, en lugar de estar donde se les necesita: con las familias poblanas, que son las más afectadas por el coronavirus. Hay quienes buscan convencer desde las reuniones de café.

​En nuestro caso, entendemos que, frente a este escenario, la única ruta es la ciudadana. Han sido tantos recorridos, tantos testimonios y tanto trabajo en equipo, que tenemos claro que el trabajo coordinado con poblanas y poblanos de a pie nos permitirá construir proyectos y alternativas viables. Se trata de articular las voces y las causas para hacer de Puebla una ciudad ejemplar, que cuente con las vías indicadas para responder y resolver oportunamente las solicitudes y demandas de la gente.

​En los mercados, en las colonias afectadas por la violencia, en las comunidades que buscan revivir las áreas verdes, en las unidades habitacionales y en cada punto de nuestra Puebla, la ciudadanía ha puesto el ejemplo. Lo que hoy necesitamos es una ruta que viva y conviva con el día a día: las estrategias de siempre ya están en desuso. Al tiempo.

octubre 19, 2020 - 11:00 am

Por: Marcelo Garcia

Columnistas

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